Red de internamiento en Argelia bajo el régimen de Vichy

Exiliados republicanos españoles : víctimas del proyecto de Revolución Nacional de Pétain y la epopeya de un cuerpo de marineros disidentes como ejemplo

شبكة المحتشدات في الجزائر في ظل نظام فيشي : الجمهوريون الإسبان المنفيون، ضحايا مشروع بيتان للثورة الوطنية وملحمة الفرقة البحرية المنشقة كنموذج

Réseau d’internement en Algérie sous le régime de Vichy. Les exilés républicains espagnols : les victimes du projet de la Révolution Nationale de Pétain et l’épopée d’un corps de marine dissident en exemple

Internment network in Algeria under the Vichy regime. Spanish republican exiles: victims of Pétain’s National Revolution project and the epic of a dissident marine corps as an example

Malika Zermani

p. 53-66

Citer cet article

Référence papier

Malika Zermani, « Red de internamiento en Argelia bajo el régimen de Vichy », Aleph, Vol 10 (3) | 2023, 53-66.

Référence électronique

Malika Zermani, « Red de internamiento en Argelia bajo el régimen de Vichy », Aleph [En ligne], Vol 10 (3) | 2023, mis en ligne le 23 mai 2023, consulté le 28 mars 2024. URL : https://aleph.edinum.org/9000

Uno de los hechos más turbulentos que sin duda han marcado la historia es la Segunda Guerra Mundial. Trágicos acontecimientos, repletos de violencia y crueldad, agitaron el destino de muchas naciones. En el caso de España, país que estaba bajo el poder dictatorial de Franco, cuyo epílogo empujó a miles de republicanos, sindicalistas, progresistas y a todas las fuerzas vivas según la izquierda, a acudir al exilio para evitar el exterminio.
Este oscuro episodio de la historia de España tuvo lugar en los albores de la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa vivía el surgimiento de una extrema derecha genocida, encarnada en el nazismo y el fascismo, a raíz de la cual la Francia de Vichy se deslizaba a su vez en el nepotismo personificado por el poder del Mariscal Pétain.
Es en este ambiente hostil que los republicanos exiliados se vieron obligados, entre otras cosas, a llegar a la orilla sur del Mediterráneo, en particular a Argelia, mientras la revolución nacional, querida por el régimen de Vichy, se establecía firmemente en Argelia, bajo el mando de la dominación francesa.
En este artículo volvemos, gracias a investigaciones y testimonios que se remontan a este período, a la suerte de estos exiliados internados en espacios donde el humanismo ya no era válido. El exilio es también la valentía de los republicanos que hemos querido resaltar gracias al trabajo de una historiadora e hija de un marino republicano exiliado en Argelia.

One of the most turbulent events that have undoubtedly marked history is the Second World War. Tragic events, full of violence and cruelty, shook the fate of many nations. In the case of Spain, a country that was under the dictatorial power of Franco, whose epilogue pushed thousands of republicans, trade unionists, progressives and all the active forces according to the left-wing, to go into exile to avoid extermination.
This dark episode in the history of Spain took place at the dawn of the Second World War, when Europe was experiencing the rise of a genocidal extreme right, embodied in Nazism and fascism, as a result of which Vichy France slipped into turn into nepotism personified by the power of Marshal Pétain.
It is in this hostile environment that the exiled republicans were forced, among other things, to reach the southern shores of the Mediterranean, in particular Algeria, while the national revolution, wanted by the Vichy regime, was firmly established in Algeria, under command of French domination.
In this article we return, thanks to investigations and testimonies dating back to this period, to the fate of these exiles interned in spaces where humanism was no longer valid. Exile is also the courage of the republicans that we wanted
to highlight thanks to the work of a historian and daughter of a republican sailor exiled in Algeria.

A la lisière de la deuxième guerre mondiale, des événements d’une rare violence ont jalonné l’histoire. Des événements tragiques secouant un pays, l’Espagne en l’occurrence, suite à la prise de pouvoir par Franco après une violente guerre civile, dont l’épilogue a poussé des milliers de républicains, syndicalistes, progressistes et tout ce que la gauche compta comme forces vives à s’exiler en masse pour éviter l’extermination.
Cet épisode sombre de l’histoire de l’Espagne, s’est déroulé à l’aube de la deuxième guerre mondiale, alors que l’Europe connaissait l’émergence d’une extrême droite génocidaire, incarnée par le nazisme et le fascisme, dans le sillage desquels la France de Vichy a glissé à son tour dans le népotisme personnifié par le pouvoir du maréchal Pétain.
C’est dans cet environnement hostile que les exilés républicains furent contraints entre autres de gagner la rive sud de la Méditerranée, en Algérie particulièrement, alors que la révolution nationale, cher au régime de Vichy s’installe solidement en Algérie, sous domination française.
Dans cet article, nous revenons, grâce aux travaux de recherche et témoignages remontant à cette époque, sur le sort de ces exilés internés dans des espaces où l’humanisme n’avait plus cours. L’exil c’est aussi, la bravoure des républicains que nous avons souhaité mettre en exergue grâce au travail d’une historienne et fille d’un marin républicains exilé en Algérie.

كانت الحرب العالمية الثانية واحدة من أكثر الأحداث اضطرابا التي ميزت التاريخ بلا شك. هزت الأحداث المأساوية، المليئة بالعنف والقسوة، مصير العديد من الدول. في حالة إسبانيا، الدولة التي كانت تحت سلطة ديكتاتورية فرانكو، والتي دفعت خاتمة الآلاف من الجمهوريين والنقابيين والتقدميين وجميع القوى النشطة وفقًا لليسار إلى المنفى لتجنب الإبادة.

حدثت هذه الحلقة المظلمة من تاريخ إسبانيا في فجر الحرب العالمية الثانية، عندما كانت أوروبا تشهد صعودًا لليمين المتطرف الذي يتجسد في النازية والفاشية، ونتيجة لذلك انزلقت فرنسا فيشي إلى محاباة الأقارب. بقوة المارشال بيتان.

في هذه البيئة المعادية، أُجبر الجمهوريون المنفيون، من بين أمور أخرى، على الوصول إلى الشواطئ الجنوبية للبحر الأبيض المتوسط ​​، ولا سيما الجزائر، في حين أن الثورة الوطنية، التي أرادها نظام فيشي، ترسخت في الجزائر، تحت قيادة الهيمنة الفرنسية.

نعود في هذا المقال، بفضل التحقيقات والشهادات التي تعود إلى هذه الفترة، إلى مصير هؤلاء المنفيين المحتجزين في أماكن لم تعد الإنسانية فيها صالحة. المنفى هو أيضا شجاعة الجمهوريين التي أردنا إبرازها بفضل عمل مؤرخ وابنة بحار جمهوري منفي في الجزائر.

Introducción

En la historia política española contemporánea, la guerra civil de 1936 a 1939, que condujo al surgimiento de un régimen despótico ultraconservador, fue una etapa crucial de transición brutal con consecuencias dramáticas. Más de 500.000 españoles, en su mayoría republicanos, huyeron de las represalias del general Franco, el hombre fuerte de Madrid, marchándose al exilio.

Este viaje incierto, preparado a toda prisa, condujo a cientos de refugiados a la orilla sur del Mediterráneo. En el norte de África, entonces bajo dominio francés. Este destino no fue una alternativa entre otras muchas ofrecidas a los republicanos, sino una elección obligada, tras la caída de Madrid bajo la bota del nuevo dictador. Casi ocho mil de ellos atracaron en el puerto de Orán, ciudad en la que ya se había asentado una importante comunidad de origen español.

Levantar el velo sobre este siniestro episodio, que tuvo lugar en un contexto geopolítico regional e incluso mundial que experimentaba cambios radicales, es una empresa que continúa hoy en día. Los testimonios de los actores de la época, así como los trabajos de los historiadores, sacan a la luz no sólo las causas del exilio, su curso y su epílogo, sino sobre todo el contexto político, ideológico, sociológico y cultural que presidió su evolución a la luz de la sucesión de acontecimientos que presagiaban el enredo de la humanidad en un conflicto de dimensiones mundiales.

Entre las obras que abordan la cuestión de los exiliados republicanos españoles en el Norte de África, « Sables d’exil, les républicains espagnols dans les camps d’internement au Maghreb (1939-1945) » es una referencia historiográfica y una fuente bien documentada, que combina testimonios inéditos y trabajos de investigación de especialistas.

Se trata de un libro dividido en ocho partes, que abordan distintas facetas de este episodio que permanece en parte en la oscuridad. Editado por Andrée Bachoud y Bernard Sicot, este libro, publicado con la ayuda de la Universidad de París Ouest Nanterre la Défense (Francia), incluye artículos escritos por destacados historiadores. Entre ellos, Jacques Cantier.

1. Contexto político de un acoso programado

Su contribución aborda el tema de los campos de internamiento en la Argelia de Vichy. Bajo este epígrafe, el autor revisa este fragmento de la historia en profundidad y con un enfoque que favorece una visión de conjunto, a la hora de situar los entresijos de los hechos que incidieron directamente y marcaron el Oddysee de un duro exilio político, dado su contexto de ocurrencia fundamentalmente hostil.

Las duras condiciones, tanto morales como físicas, soportadas por los refugiados republicanos no sólo estaban correlativamente ligadas a consideraciones propias del fenómeno del exilio. Otros muchos factores exógenos pesaron mucho en el devenir de los acontecimientos de la época, ya que la suerte de los exiliados dependía implícitamente de decisiones administrativas y, por extensión, políticas, muy restrictivas en todos los sentidos, sobre todo bajo el régimen de Vichy, a partir de julio de 1940, fecha en la que el almirante Abrial fue nombrado gobernador general de Argelia por el mariscal Pétain (Levisse-Touze, 2004).

En su estudio, Jacques Cantier ha puesto de relieve el hecho de que las fuerzas dominantes en el ámbito político se estancan en lo que hoy se denomina la extrema derecha. Una posición política que surgió incluso antes de la instauración del régimen de Vichy tras la ocupación de una parte de la Francia metropolitana por los nazis.

Así, el inicio del exilio de los republicanos en el norte de África en 1939 coincidió con el auge de los conservadores y seguidores de la ideología fascista. Incluso en la región de Orán, donde existía una importante comunidad española, la configuración política de la época siguió el mismo patrón.

Según Jaques Cantier, «el régimen de Vichy fue una continuación de la gran crisis de identidad nacional que había sacudido Francia en los años treinta. Argelia no permaneció ajena a sus tensiones» (2009, p. 458).

Entre las causas que configuraron el contexto político de preguerra (la Segunda Guerra Mundial) y sus consecuencias, el aumento de la brecha entre las diferentes comunidades, debido a tensiones e incluso divisiones de origen económico, social e incluso etnocultural.

El autor resume el alcance del impacto de este clima envenenado sobre los exiliados republicanos en Argelia a partir de 1939 en las declaraciones de Marcel Gatuing, jefe del PSF en Orán, partido conservador presidido por el coronel De La Rocque.

Los refugiados españoles que llegaron por mar al día siguiente de la victoria de Franco y fueron estacionados en los primeros campos de internamiento también fueron objeto de esta búsqueda de chivos expiatorios.,

«En Orán, por ejemplo, el 99 % de ellos eran antiguos presos comunes a los que se había dado dinero y armas y convertido en milicianos. En Orán y Tlemcen, estos elementos se convierten en alborotadores» , afirma Marcel Gatuing, responsable del PSF en Orán , escribe. Y añade : « Es en este suelo donde, tras una derrota que sorprendió a la opinión argelina, se instaura un nuevo régimen.» (Cantier, 2009, p. 458)

Los nuevos responsables en Francia, portadores del proyecto de,«revolución nacional» , pretendían darle contenido en el extranjero, especialmente en Argelia. Leyes escabrosas, negación y restricción de los derechos humanos más elementales cayeron entonces sobre todos aquellos cuyas ideas estaban en desacuerdo con la ideología emergente encarnada por el mariscal Pétain.

Entre las víctimas de esta empresa tiránica se encontraban los exiliados españoles que, por su condición, habían pagado un alto precio. Así, en los campos de internamiento y alojamiento se aplicaron medidas restrictivas de consecuencias insoportables.

Las condiciones de acogida, hasta entonces desastrosas, habían empeorado desde la llegada del almirante Abrial a la cabeza de la Gobernación General de Argelia y la reestructuración de todos los departamentos del Estado poniendo a su frente a funcionarios totalmente comprometidos con las tesis y los objetivos del régimen de Vichy, es decir, que su misión suprema era federar todas las colonias del Imperio para que estas dependencias no cayeran del lado de los Aliados.

2. Las leyes de la vergüenza

En la estela de la estrategia de consolidación de las bases del nuevo régimen, los antifranquistas exiliados habían sufrido impotentes y previsiblemente el impacto del gigantesco proyecto destinado a exportar lo que el régimen pronazi llamaba la Revolución Nacional. A este respecto, Cantier enumera algunas de las disposiciones :

La política de internamiento está en el corazón de la Revolución Nacional de Vichy. La abundante legislación adoptada en este ámbito así lo atestigua. La ley del 3 de septiembre de 1940 amplió los campos de internamiento administrativo. La ley de 27 de septiembre de 1940 obligaba, en caso de necesidad, a los emigrantes excedentes de la economía francesa a integrarse en agrupaciones de trabajadores extranjeros. Un texto final precisaba el reparto de responsabilidades entre las autoridades de control. (2009, p. 458)

Gracias a esta disposición final, la red de internamiento en Argelia pasó a depender de la autoridad civil, adscrita a las comunidades y, por tanto, al Ministerio del Interior, mientras que anteriormente había estado bajo autoridad militar.

Este cambio de autoridad no se tradujo en un régimen más benévolo para los campos. Los ejemplos, apoyados por documentos y archivos, revelan la crueldad con la que se trataba a los prisioneros e internados, incluso a los que formaban parte de los grupos de trabajadores extranjeros (GTE) creados para realizar obras de construcción a gran escala, sobre todo en el sur de Argelia.

Los grupos de trabajadores extranjeros destinados en particular a la construcción de los ferrocarriles Mediterráneo-Níger acogieron a miles de españoles internados antes de la guerra en los campos de Morand y Zuzzoni. El régimen disciplinario de estos grupos estaba más cerca de los campos de internamiento que de los campos de trabajo. (Andrée y Bernard, 2009, p. 60)

Así es como afirman los autores, quienes revelan que la mayoría del personal de los grupos estaba compuesto por milicianos españoles antifranquistas. Mientras tanto, Cantier (2009, p. 458) confirma :

En una nota destinada a las comisiones del armisticio italiano, se menciona que había una decena de GTE que representaban una mano de obra de 2.508 trabajadores, según un informe redactado en abril de 1941. Parece ser que posteriormente se añadió una plantilla de 2.000 trabajadores en seis formaciones.

Bajo el régimen de Vichy, la red de internamiento y GTE de Argelia contaba con una población de 7 a 10.000 personas. «Estas personas fueron privadas de libertad a causa de sus convicciones o de sus orígenes», afirma el autor, que presenta el internamiento político como un fenómeno en absoluto marginal (Cantier, 2009, p. 459).

3. Marchar o morir, único lema en los campos

Jaques Cantier reconstruye la vida en los campos de internamiento y la GTE en la Argelia de Vichy con toda su crueldad e inhumanidad. Los archivos y los testimonios de los internados revelan el salvajismo con el que eran tratados.

Según el autor, la razón de semejante destino de los internados fue la ciega determinación de las autoridades de confinar a los que en aquel momento calificaban de indeseables, ya fuera por sus orígenes o por sus filiaciones políticas e ideológicas.

Este trato excesivo, que relegaba el respeto de los derechos humanos a la categoría de accesorio, llevó a los subordinados del mariscal Pétain a instalar los campos de internamiento en la región de las tierras altas negras por la extrema dureza de sus condiciones climáticas.

En este sentido, Grynberg y Charaudeau señalan : «La crueldad voluntaria y el sadismo de ciertos jefes de campo se sumaron a las desgracias de los internados. Los campos de Djelfa, Djenien Bou Rezg y Hadjret M’Guil fueron los más duros », señala el autor (1994, 87).

Según él, la vida cotidiana de los internados alternaba el acoso, la humillación, las tareas agotadoras y la privación de cuidados. Esta privación voluntaria decidida por los responsables del campo, como la de Djenien Bou Rezg, fue la causa de la muerte de varios internos.

Lejos de limitarse a un solo campo, este régimen inhumano adopta a menudo otras formas con consecuencias igualmente desastrosas. « En Hadjret M’Guil, campo disciplinario para las compañías de trabajadores extranjeros, la tortura y las vejaciones eran moneda corriente », señala Jaques Cantier (2002, p. 173). Para ilustrar sus afirmaciones, cita pasajes del acta de acusación durante el juicio contra los responsables del campo de Hadjret M’Guil :

Los internados no eran tratados como hombres. El campo estaba literalmente muerto de hambre ; algunos comían cualquier cosa, y como resultado contrajeron graves enfermedades. Otros murieron a causa de esta situación. A pesar de su debilidad, los hombres eran obligados a trabajar con especial dureza. Los capataces golpeaban descaradamente a los trabajadores sin motivo, sólo por golpear. (citado en Cantier, 2002, p. 178)

La dura supervivencia en los campos de internamiento bajo Vichy continuó hasta noviembre de 1942, cuando los anglosajones (los Aliados) desembarcaron en la costa argelina.

4. Por fin la esperanza de la liberación

Por fin renace la esperanza en los campos de internamiento : el régimen de Vichy y su política de privaciones han terminado. Por desgracia para los internados políticos, el sentimiento de liberación se desvanece poco a poco. En este marco, Cantier señala :

«Los desembarcos sólo conducirían muy poco a poco al desmantelamiento de este sistema de internamiento. Durante meses, bajo la autoridad del almirante Darlan y luego del general Giraud, siguió existiendo un régimen de Vichy bajo protectorado estadounidense» (2002, p. 180).

La salvación de los internados vino del otro lado del Atlántico. De Estados Unidos.

Todo empezó, dice el autor, con una campaña mediática que reveló a la opinión pública las duras condiciones que sufrían los internados en los campos. La magnitud de la campaña llevó a los estadounidenses a plantear la cuestión a sus homólogos franceses, en particular al general Giraud. Bajo esta presión, la vida en los campos mejoró gradualmente y los prisioneros fueron liberados. Con la llegada de los gaullistas, este proceso se aceleró hasta que todos los prisioneros fueron liberados en mayo de 1943.

Los exiliados republicanos españoles que entonces formaban el grueso de los residentes de los campos de alojamiento e internamiento y de las agrupaciones de trabajadores extranjeros quedaron marcados para siempre en su memoria y en su carne. Las penurias que padecieron nunca hicieron tambalear sus convicciones políticas ni la solidaridad de los lazos que les unían entre sí y a su patria. Un vínculo fusional que encarna a la perfección la epopeya de 4000 marinos republicanos que partieron de España en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Resistencia contra la hegemonía nazi y los países del Eje, compromiso con el desarraigo del mal, sufrimiento bajo el régimen de Vichy y búsqueda de rehabilitación de su periplo patriótico por parte de los historiadores, convencidos de que la historia de España queda incompleta sin esta parte de un pasado tumultuoso. Revisitar la epopeya de los 4.000 marinos republicanos es el trabajo de investigación realizado por la hija de un marino exiliado, la historiadora Victoria Fernández Díaz (Cantier, 2009).

Como prólogo, conviene recordar el contexto político que precedió a esta epopeya. De hecho, ante el golpe de Estado militar orquestado por el General Franco contra el poder civil vigente en España en 1936, diversos partidarios de corrientes políticas de izquierdas, vanguardistas y progresistas, así como sindicatos representativos de las fuerzas vivas y trabajadoras de la época, se levantaron para decir no y bloquear la caporalización de la sociedad por una oligarquía militar. Esta oposición feroz y legítima desembocó en una guerra civil que sumió a España en una inestabilidad multidimensional de graves consecuencias, hasta el punto de que miles de republicanos resignados abandonaron su patria por la fuerza y por millares marchándose al exilio (Cantier, 2009).

A partir de este oscuro episodio, los historiadores han llevado a cabo numerosas investigaciones históricas para devolver a la España de hoy aquellas páginas de su memoria que permanecieron ocultas durante el franquismo.

Entre estos trabajos que han tenido el honor de desempolvar este patrimonio y ponerlo en valor, destaca la iniciativa de la historiadora Victoria Fernández Díaz, que en su obra « EL PROCESO DE RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA DE LOS MARINOS REPUBLICANOS » ha recuperado una parte importante de la memoria española, relatando el destino de 4.000 marinos del ejército republicano que, el 5 de marzo de 1939, tuvieron que abandonar su patria tras una encarnizada lucha. Su relato, objeto de este trabajo, describe de inmediato el estado de ánimo, pero sobre todo la posición de estos soldados que no eran leales a Franco y que permanecieron fieles a la República, encarnada entonces políticamente por el gobierno que había sido depuesto por la fuerza en 1936.

Cuando salieron del puerto de Cartagena, los 4.000 marinos en cuestión lo hicieron a bordo de una flota militar compuesta por 11 buques de guerra y un submarino. El acto en sí es, indirectamente, un gesto de valentía. Aunque tácticamente este destierro podría considerarse un revés, estratégicamente fue un éxito, ya que privó a las tropas franquistas de una flotilla de incalculable valor que podía servir como importante fuerza disuasoria en aguas españolas del Mediterráneo.

Más allá de este marco general, en la obra de la autora surgen relatos que recogen minuciosamente el destino de los 4.000 marinos de la armada republicana, que se vieron envueltos en la confluencia de una epopeya conformada por importantes acontecimientos que implicaban no sólo su futuro y el de España, sino también el de todo el planeta, que por entonces se enfrentaba a una guerra mundial, la segunda de este tipo en la historia moderna, que se saldó con la muerte de millones de personas.

Antes de hablar de la participación de los soldados republicanos españoles en este conflicto mundial, que comenzó apenas seis meses después de su exilio, Victoria Fernández Díaz mencionó, a modo de prólogo, los distintos destinos que eligieron como tierra de asilo. Mientras unos optaron por el Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez), América Latina, la URSS y Francia, otros regresaron a España. Los que eligieron esta última opción lo hicieron por el compromiso de Franco de prohibir cualquier proceso judicial contra ellos, al menos contra los que no tuvieran las manos manchadas de sangre (Levisse-Touze, 2004).

Pero, desgraciadamente, eso fue sin tener en cuenta el cambio de postura del dictador, que para consolidar su poder y su tiranía no dudó en sacrificar a una parte de sus conciudadanos a sus planes.

Así, los más afortunados de los marineros que creyeron en sus promesas languidecieron durante años en las cárceles de la dictadura, mientras que los demás fueron ahorcados o fusilados sin piedad. El destino de los demás exiliados no fue mejor, sobre todo desde el punto de vista moral, ya que nada más llegar al país de acogida, la gran mayoría de ellos fueron internados en campos de concentración, siguiendo el ejemplo de lo ocurrido en el norte de África, entonces bajo el régimen colonial francés.

Así pues, seis meses después de esta dolorosa y espantosa decantación, el mundo entró en guerra. Frente a los países del Eje, formado por la Alemania nazi, el régimen fascista de Mussolini en Italia y Japón, los Aliados, encabezados por Inglaterra y Francia, antes de que se les unieran la URSS y Estados Unidos, opusieron resistencia.

Cabe decir que los marinos que sobrevivieron a la cacería franquista optaron por el bando aliado desde el comienzo de las hostilidades, tomando posiciones en el maquis de la resistencia de la Francia Libre, dirigido por el general De Gaulle, contra los colaboracionistas del mariscal Pétain. Este compromiso, reflejo de su posición contra la hegemonía, se destacó heroicamente, según el autor, durante el desembarco de Normandía y la liberación de París, que estaba bajo el yugo nazi (Levisse-Touze, 2004).

Mejor aún, argumenta, las primeras líneas de ataque contra las fuerzas de Hitler a las puertas de Berlín estaban formadas por marinos militares franceses, entre cuyas tropas había soldados españoles exiliados. Ello demuestra el papel desempeñado por estos últimos en los momentos más cruciales de la Segunda Guerra Mundial. Como resultado de sus servicios a la humanidad, los marinos supervivientes de la guerra fueron condecorados por los ejércitos de los Aliados (kapsi, 1971).

Este reconocimiento fue altamente simbólico, pero insuficiente en el sentido de que no contribuyó a su rehabilitación como ciudadanos de pleno derecho de España, que seguía bajo la dominación franquista.

Apátridas, se instalaron, tras la liberación de Europa y el norte de África del régimen fascista y nazi, en sus países de acogida, que para muchos de ellos sólo tenían de hospitalidad el nombre. Internados en campos de concentración, fueron explotados como trabajadores forzados, sobre todo en el norte de África antes del desembarco y bajo el régimen de Vichy. Entre las tareas que se les encomendaron, el autor cita la apertura del ferrocarril sahariano, en condiciones insoportables, donde el agua y los alimentos se distribuyen escasamente bajo temperaturas abrasadoras que alcanzan los 50 grados. Como nos recuerda el autor, el testimonio de cada uno de estos marinos republicanos constituye una historia, cuya suma forma la memoria de España (kapsi, 1971).

Dicho esto, el proceso de recopilación de esta memoria no fue fácil. Según ella, fue necesario poner en marcha toda una red de prospección constituida por las familias de los marinos, la recuperación de ciertos testimonios registrados en forma de manuscritos por los propios marinos, pero también la consulta de obras que abordan la cuestión del exilio de los republicanos y la recopilación de los relatos de los marinos aún vivos, cuando se inició este titánico proyecto (Cantier, 2002).

Sin embargo, este trabajo en profundidad es sólo el primer paso del largo proceso de reconstrucción de esta parte de la memoria española, que en segundo lugar presupone una sinergia de varios participantes para llevar a cabo las comprobaciones cruzadas necesarias que exige cualquier investigación histórica basada en normas y códigos científicos. Es este laborioso proyecto el que la autora se ha propuesto llevar a cabo.

Y, sin embargo, leyendo la obra de Victoria Fernández Díaz, nada la predestinaba a emprender semejante proyecto. Hija de un matrimonio español, su padre huyó de España durante el franquismo con otros marinos, siendo él mismo marino, el 5 de marzo de 1939 desde el puerto de Cartagena. Nacida en Normandía (Francia), después de la Segunda Guerra Mundial y lejos del sol mediterráneo, no sabía nada de la historia de su padre (kapsi, 1971).

Kapsi confiesa (1971, p. 18) : «En el salón de la casa de nuestros padres, una foto de mi padre vestido de militar estadounidense apoyado en un JEEP capturado durante la Segunda Guerra Mundial era la única pista de su pasado como soldado». En su opinión, sus padres nunca le contaron la historia de su desarraigo y los tumultuosos acontecimientos que marcaron su exilio desde 1939 hasta después del final de la guerra, e incluso hasta 1948. Con la edad y la retrospectiva, la autora no traduce esta ley de Omertá, que su padre se impuso como una forma de olvidar los horrores de aquella época, sino como un deber moral de evitar a su prole historias tan conmovedoras. Sin embargo, durante su infancia, Victoria Fernández Díaz escuchó retazos de información sobre aquella época.

En este sentido, menciona el nombre de la ciudad de Orán y Bizerta, que escuchó de boca de su padre mientras discutía con un amigo suyo. Estas palabras siguieron rondando su mente hasta el día en que conoció a Alicia Vázquez, hija de un marino militar republicano que había embarcado con su padre en uno de los buques de guerra desde el puerto de Cartagena (Levisse-Touze, 2004).

A diferencia de la autora, la hija de este marinero tenía en su posesión un álbum, una de cuyas fotos en las que posa su padre fue tomada en Bouarffa, al sur del Magreb, donde fue internado y obligado a trabajar como un esclavo bajo las órdenes de los centinelas del mariscal Pétain. A partir de ahí comenzó en la mente del autor el proceso de recopilación de las historias de los marineros republicanos :

«Inmediatamente comencé mi investigación a través de la Red y consulté montones de libros en las bibliotecas. Por desgracia, este laborioso trabajo no dio lugar a ningún borrador consistente, lo que me obligó a diversificar los modos de investigación» (citado en Kapsi 1971, p. 65).

E insiste hasta el día en que se topó con un artículo publicado en una revista de historia, cuyo contenido se basaba en los testimonios de marineros republicanos exiliados en Orán tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

Así que consultó los archivos personales de su padre, guardados en una caja. Dentro encontró fotos, una agenda con números de teléfono, nombres y direcciones de los compañeros de lucha de su padre, residentes en Brasil, Estados Unidos, Canadá, Francia y España.

Con este inesperado tesoro, pudo por fin iniciar sus investigaciones. Además de esta base de datos, la autora se puso en contacto con marinos republicanos que aún vivían en aquella época, y que no eran numerosos.

Sin embargo, como ella muy bien dijo, el tiempo corría en su contra, ya que estos supervivientes se encuentran en una edad muy avanzada de su vida, es decir, sujetos a olvidos y problemas de memoria que pueden ser factores limitantes en su trabajo. Esto ocurría en 2005, 66 años después de que comenzara su exilio.

Conclusión

Al final de lo que habíamos mencionado anteriormente, hemos llegado a concluir que gracias a la abnegación de la autora y a la colaboración de todas las personas implicadas, empezando por las familias de los marineros, los supervivientes aún vivos, así como las notas de archivo y los manuscritos legados por los soldados exiliados de la República, se pudo llevar a cabo, al menos en parte, la reconstrucción de esta parte de la memoria, a través de los diferentes episodios que relatan la vida en los campos de internamiento durante los primeros años de exilio y en los frentes de combate durante la Segunda Guerra Mundial.

Bachoud, Andrée y Sicot, Bernard. (2009). Sables d’exil. Les républicains espagnols dans les camps d’internement au Maghreb. France, Éditions Mare Nostrum, Perpignan. ISBN : 978-2-908476-72-9 EAN : 9782908476729

Cantier, Jacques. (2002). L’Algérie sous le régime de Vichy. Paris, Odile Jacob.

Cantier, Jacques. (2009). Les camps d’internement dans l’Algérie de Vichy. En : Bachoud, Andrée y Sicot, Bernard. (2009). Sables d’exil. Les républicains espagnols dans les camps d’internement au Maghreb. France, Editions Mare Nostrum, Perpignan. ISBN : 978-2-908476-72-9 EAN : 9782908476729

Grynberg, Anne y Charaudeau, Anne. (1994). Les camps d’internement. En : Dewitte, Philippe. (1994). Exils et migrations italiens et espagnols en France, Paris, L’Harmattan.

Levisse-Touzé, Christine. (2004). Les camps d’internement d’Afrique du Nord. Politiques répressives et populations. Dans : Jacques Cantier éd., L’Empire colonial sous Vichy (pp. 177-194). Odile Jacob. https://doi.org/10.3917/oj.canti.2004.01.0177

Kaspi, André. (1971). La mission Jean Monnet à Alger. Paris, PUF.

© Tous droits réservés à l'auteur de l'article