Aproximación histόrica a las relaciones argelino-cubanas en la era de Ahmed Ben Bella (1962-1965)

Historical approach of Algerian-Cuban relations in the era of Ahmed Ben Bella (1962-1965)

مقاربة تاريخية للعلاقات الجزائرية والكوبية في عهد أحمد بن بيلا (1962-1965)

Approche historique des relations algéro-cubaines à l'époque d'Ahmed Ben Bella (1962-1965)

Lahouaria Naab

p. 479-496

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Lahouaria Naab, « Aproximación histόrica a las relaciones argelino-cubanas en la era de Ahmed Ben Bella (1962-1965) », Aleph, 11(5-2) | 2025, 479-496.

Référence électronique

Lahouaria Naab, « Aproximación histόrica a las relaciones argelino-cubanas en la era de Ahmed Ben Bella (1962-1965) », Aleph [En ligne], 11(5-2) | 2025, mis en ligne le 30 décembre 2023, consulté le 23 décembre 2024. URL : https://aleph.edinum.org/10194

La primera participación de Cuba en los asuntos africanos fue en Argelia. Hasta el derrocamiento del presidente Ben Bella acaicida el 19 de junio 1965, Argelia entretenίa relaciones amistosas muy estrechas con Cuba y los países africanos. Cuba brindó no solo ayuda militar, material, econόmica y humana en las circunstancias histόricas más dificiles en la historia de Argelia, sino también al ejercito de liberaciόn nacional ALN. El propósito de este estudio consiste en presentar un breve balance de la relación entre ambos países en el transcurso de los años 1962-1965 para entender el tipo de relación que Cuba ha mantenido con África en general y con Argelia en particular durante las últimas cuatro décadas, Se trata de una relación que refleja el impacto e influencia de la Revolución cubana en el contexto nacional e internacional.

في الجزائر انخرطت كوبا لأول مرة في الشؤون الأفريقية. حتى الإطاحة بالرئيس بن بلة في 19 يونيو 1965 ، حافظت الجزائر على علاقات ودية وثيقة للغاية مع كوبا والدول الأفريقية. لم تقدم كوبا المساعدة العسكرية والمادية والاقتصادية والبشرية في أصعب الظروف التاريخية في تاريخ الجزائر فحسب، بل قدمت أيضا إلى جيش التحرير الوطني. وتهدف هذه الدراسة إلى تقديم تقييم موجز للعلاقات بين البلدين في السنوات 1962-1965 من أجل فهم نوع العلاقات التي حافظت عليها كوبا مع أفريقيا بشكل عام والجزائر بشكل خاص خلال العقود الأربعة الماضية. وتعكس هذه العلاقات تأثير الثورة الكوبية وتأثيرها في السياق الوطني والدولي.

C’est en Algérie que Cuba s’est impliqué pour la première fois dans les affaires africaines. Jusqu’au renversement du président Ben Bella le 19 juin 1965, l’Algérie a entretenu des relations amicales très étroites avec Cuba et les pays africains. Cuba a fourni non seulement une aide militaire, matérielle, économique et humaine dans les circonstances historiques les plus difficiles de l’histoire de l’Algérie, mais aussi à l’armée de libération nationale (ALN). L’objectif de cette étude est de présenter une brève évaluation des relations entre les deux pays dans les années 1962-1965 pour comprendre le type de relations que Cuba entretient avec l’Afrique en générale et l’Algérie particulièrement depuis quatre décennies, . Ces relations reflètent l’impact et l’influence de la révolution cubaine dans le contexte national et international.

Cuba’s first involvement in African affairs was in Algeria. Until the overthrow of President Ben Bella on 19 June 1965, Algeria maintained very close friendly relations with Cuba and African countries. Cuba provided not only military, material, economic and human aid in the most difficult historical circumstances in the history of Algeria, but also to the national liberation army ALN. The purpose of this study is to present a brief assessment of the relationship between Cuba and Algeria in the years 1962-1965 to understand the type of relationship that Cuba has had with Africa en general and Algeria en particular for the past four decades. It is a relationship which reflects the striking image of the Cuban Revolution in the national and international context.

Introduction

Hablar de Argelia y Cuba es hablar de sus grandes revoluciones que han tenido y siguen teniendo repercusiones y un gran eco en todo el mundo. Hemos elegido este tema por la importancia que encierra desde una perspectiva histórico-política. Uno de nuestros objetivos es dar a conocer la naturaleza de las relaciones entre los dos países en el periodo citado anteriormente y poner de relieve el importante impacto de éstas en otros movimientos liberales acaecidos en África y en América Latina. El tema que tratamos nos estimula a desarrollar y actualizar este modesto estudio para dar luz y analizar lo estudiado antes por parte de diferentes autores. Citamos entre ellos a Piero Gleigeses, quien ha escrito muchas obras y artículos sobre Cuba y África: (Misiones en conflicto, La primera experiencia cubana en África: Argelia (1961-1965) etc.) Ramón Pérez Cabrera, La historia cubana en África 1963-1991). Además de otras publicaciones en diferentes periódicos y revistas cubanas como el periódico Revolución, la revista «Carteles» y «Bohemia» etc.

Así pues, apenas unos meses después de la victoria de la Revolución cubana declarada el 1 de enero de 1959, la isla caribeña rebelde se acercó a África, el continente que empezaba a recuperar su independencia. El «Che» Guevara y Raúl Castro viajaron a El Cairo en junio de 1959 y julio de 1960 respectivamente, y Fidel Castro pronunció un discurso en las Naciones Unidas en septiembre de 1960, ocupándose contundentemente de los asuntos. Se establecieron relaciones cordiales y políticas con varios países africanos, en particular, Ghana y Guinea. Pero, sobre todo, Argelia fue el «primer amor» de Cuba en África. Cuba brindó asistencia militar en esta fase a la Revolución argelina, pero la contribución cubana fue notable en el contexto político y diplomático y sobre todo, dentro del concierto de los países no alineados.

Argelia iba a ser un caso diferente. Los cubanos consideraban la Revolución argelina como un fenómeno histórico idéntico al suyo pero al otro lado del Atlántico. El gobierno cubano creía que tenía la obligación moral de ayudar a la Revolución argelina. La ayuda cubana a Argelia no solo abrió nuevas perspectivas en el amplio bloque afroasiático de los países no alineados, sino que frenό las ambiciones agresivas de los Estados Unidos contra dicho país caribeño, sometido a un feroz bloqueo econόmico, comercial y financiero desde 1962. Los Estados Unidos intentaban aislar y asfixiar a la Revolución cubana y lograr a su vez persuadir a las autoridades argelinas.

Por consiguiente, el valor y el interés del tema nos estimulan a descubrir y dar a conocer el origen, las características, objetivos, y las perspectivas de estas relaciones para arrojar luz a lo aquello previamente estudiado y analizado por parte de historiadores y especialistas del tema es decir, una reflexión teórico-descriptiva y analítica. Partiendo de estas premisas nos plantearíamos las siguientes interrogantes :¿Cuáles son los antecedentes históricos de las relaciones argelino-cubanas y la naturaleza y especificad de las mismas ?

1. El aporte de Cuba a la Revolución argelina

Poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, se desvanecieron las esperanzas de una mayor autonomía para la mayoría árabe de Argelia. Bajo el nuevo Estatus Indígena, o Código de Argelia, aprobado por el Parlamento francés en 1947, aunque Argelia estaba bajo la autoridad de un gobernador designado por París, permaneció bajo la ficción legal de otra provincia francesa. Éste ejercía su poder con la ayuda de la Asamblea Nacional, que estaba compuesta por argelinos franceses y representaba simbólicamente a la población árabe local. Incapaz de negociar una solución política significativa con las autoridades francesas, una generación de argelinos se radicalizó y recurrió a la resistencia armada para derrocar su estatus colonial.

Alentados por la derrota del ejército francés en la Batalla de Diem Bien Phu que tuvo lugar en Vietnam a principios de 1954, y por la decisión de las autoridades francesas de conceder la autonomía a las antiguas colonias de Túnez y Marruecos, argelinos de diferentes clases sociales se consiguieron (mediante la Organización del CRUA : Comité Revolucionario de Unidad y Acción) el apoyo material, moral, Político y económico, y la declaración del estallido del levantamiento de la Guerra de Liberación Nacional, presidida por el manifiesto del 1 de noviembre de 1954. Desde El Cairo, diferentes facciones del movimiento de levantamiento argelino anunciaron la formación de una organización paraguas responsable de la liberación de la organización militar y política de Argelia (El Frente de Liberación Nacional). El FLN organizó grupos guerrilleros en Argelia contra el ejército francés y los grupos paramilitares creados por los argelinos franceses.

En el mismo contexto, otro movimiento revolucionario se inició hace año y medio en la isla caribeña de Cuba, a miles de kilómetros de distancia. El 26 de julio de 1953, en un esfuerzo por iniciar un proceso revolucionario contra la dictadura de Fulgencio Batista que controlaba la política del país desde 1933, un joven de clase alta llamado Fidel Castro El abogado convertido en revolucionario lanzó un ataque contra el Cuartel Moncada. , la segunda instalación militar más importante del país. Castro no logró derrocar a Batista, pero su derrota militar lo catapultó al liderazgo de un movimiento más amplio que pronto barrió el país. A tres años del fracaso del Cuartel Moncada, Castro reagrupó sus fuerzas en México y lanzó otro intento fallido contra Batista en noviembre de 1956. Derrotados y atrapados, los rebeldes se reagruparon en el desierto de la Sierra Maestra, en las montañas del sureste, y desde allí ampliaron sus fuerzas hasta lograr la victoria final. 1 de enero de 1959 Fuerzas Armadas de Cuba. Cuando comenzó la revolución argelina en 1954, los futuros cuadros del régimen posterior a Batista eran estudiantes de escuelas o universidades. Muchos de ellos pertenecían a las altas esferas de la sociedad cubana y tenían amplio acceso a noticias de todo el mundo. Armando Entralgo, futuro embajador cubano en varios países africanos y luego director del Centro de Estudios de África y Medio Oriente (CEAMO) en La Habana, Cuba, reflexionó:

« Crecimos en un clima de agitación revolucionaria, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo. En casa luchábamos contra la dictadura de Batista con su repugnante corrupción y sumisión a los Estados Unidos, pero como estudiantes universitarios éramos ávidos lectores de lo que ocurría en el mundo. Seguíamos el enfrentamiento de Egipto con los europeos e Israel, estábamos al tanto de la lucha en Vietnam, de la insurrección en Argelia, y por supuesto de todo lo relacionado con América Latina.»1

Se entiende que la cita resalta la combinación de preocupaciones locales y globales en el entorno en el que la persona creció, con un énfasis en la lucha contra la dictadura local y una conexión activa con los movimientos revolucionarios en todo el mundo.

Asimismo, a pesar de los estrictos controles a la prensa durante la dictadura de Batista, el semanario «Bohemia» publicó en 1957 varios artículos en apoyo a la revolución argelina, reforzando la creciente impresión entre intelectuales y estudiantes de clase media, entendiendo que existe una conexión entre los dos movimientos revolucionarios (Peter.T y Herb .C, 1957 :8-10).

A medida que el movimiento revolucionario contra Batista se trasladaba a las ciudades, más estudiantes universitarios se unieron a las fuerzas insurreccionales de Fidel Castro y llevaron consigo la convicción de que su propia lucha estaba conectada con los acontecimientos en África, Asia y Oriente Medio. Con el triunfo de la Revolución en enero de 1959, el apoyo a las guerrillas argelinas se convirtió en la política oficial del nuevo régimen.

Por otro lado, el diario Revolución atacó la política francesa en Argelia y alabó a los guerrilleros. El tono de la cobertura del periódico se puede calibrar a partir de un artículo de opinión publicado en julio de 1961, en el que se criticaba el uso de napalm por parte del ejército francés contra la población civil y se aplaudía a los rebeldes argelinos, que « después de más de cinco años han demostrado que ni la fuerza de las armas, ni el uso de la tortura, ni los campos de concentración son suficientes para acabar con la resistencia contra la opresión colonial ». (René Dépreste, 1961 :4).

El apoyo a los argelinos no se limitó a la prensa local. El líder de la revolución cubana, Fidel Castro, aprovechó su primer viaje a Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 1960 y expresar su apoyo a los revolucionarios argelinos :

«En cuanto al problema de Argelia, no hace falta que diga que estamos al cien por cien al lado del derecho del pueblo argelino a la independencia. Es ridículo, como tantas cosas ridículas en el mundo que han sido creadas artificialmente por intereses creados, afirmar que Argelia es parte de Francia. Otros países han hecho afirmaciones similares en un intento de mantener sus colonias en otros tiempos. Esta supuesta « integración » ha fracasado a lo largo de la historia. Demos la vuelta a la cuestión: supongamos que Argelia fuera el país metropolitano y que declarara que una parte de Europa es parte integrante de su territorio. Tal razonamiento es descabellado y carece de todo sentido. Argelia pertenece a África como Francia pertenece a Europa. Este pueblo africano lleva muchos años librando una batalla heróica contra el país metropolitano. Tal vez, incluso mientras estamos hablando tranquilamente aquí,…]» (Fidel Castro, 1960, 132.).

En general, Fidel Castro está utilizando este discurso para respaldar la causa de la independencia de Argelia y para criticar la idea de una supuesta integración que él considera injusta e insostenible desde el punto de vista histórico y geográfico.

Por consiguiente, el gobierno cubano no tardó mucho en transformar su apoyo a la revolución argelina en algo más concreto que el apoyo político y diplomático al FLN. En una acción sin precedentes, las autoridades cubanas decidieron ponerse en contacto con el FLN en Túnez y ofrecieron a los argelinos un número considerable de armas en un momento en el que los propios cubanos se enfrentaban a las constantes amenazas militares de los exiliados cubanos ayudados por el gobierno de Estados Unidos. Jorge Massetti, periodista argentino que se había unido a la revolución cubana en el mes anterior a su triunfo, fue designado por Fidel Castro para negociar con los argelinos y de supervisar la operación (Piero Gleigeses, 2002: 31).

En nombre del gobierno cubano, Massettí aceptó enviar a los argelinos 1.500 fusiles, más de 30 ametralladoras y 4 morteros de 81 mm de fabricación estadounidense con cartuchos, armas que Cuba dejó a bordo del buque cubano Bahía de Nipe. El cual atracó en el puerto marroquí de Casablanca, y desde allí las armas fueron transportadas a Oujda, dentro de Marruecos. El armamento fue transferido oficialmente al FLN durante las dos primeras semanas de 19622 El Bahía de Nipe regresó a Cuba con decenas de huérfanos de guerra argelinos ; pues las autoridades cubanas se habían ofrecido a cuidar de ellos hasta el final del conflicto (Gisela G Blanco, 1990 :16-17). Massettí permaneció en Argelia durante unos meses tras el triunfo de la revolución argelina y regresó a Cuba antes de volver de nuevo a Argelia para una misión completamente diferente en noviembre de 1962.

2. Argelia - Cuba y el mundo afroasiático

De una parte, los argelinos no tardaron en responder a esta temprana solidaridad con su revolución por parte de un amigo tan lejano. Los líderes del FLN mantenían excelentes relaciones con Gamal Abdel Nasser, el líder del emergente bloque afroasiático. Los argelinos empezaron rápidamente a defender la causa de Cuba en el mundo árabe, ayudando a la Revolución cubana a salir de su aislamiento, promovido por Estados Unidos en América y el resto del mundo. Los argelinos estaban dispuestos a dejar de lado todas las consideraciones geográficas y a redibujar el mapa del mundo para considerar a Cuba un país afroasiático más.

Partiendo de estas consideraciones, podemos decir que si Cuba podía entrar en el bloque afroasiático, su aislamiento en las Américas se minimizaría y se sustituiría por la acogida de un bloque de poder más poblado y poderoso. Como afirmaba el periódico oficial argelino de la época «El Moudjahed» :

« Los pueblos de Asia y África han formado una coalición con Cuba. Lo que ocurre en Cuba les concierne. Se sintieron profundamente heridos por los acontecimientos de Guatemala en 1954 ; después vino Bandung, y en 1960, Fidel Castro ha vengado al Tercer Mundo. El gran descubrimiento de los años 60 es que el Tercer Mundo ya no es « afroasiático ». Las fuerzas vivas de América Latina han expresado constantemente su apoyo a nuestra causa ; saben por experiencia que la lucha anticolonialista y la lucha antiimperialista son un mismo combate.» (El-Moudjahid, 1960) .

Así pues, dos años más tarde, y ocho años después del inicio de su guerra de independencia, los representantes de la Revolución argelina llegaron a un acuerdo con las autoridades francesas. Según las disposiciones del Acuerdo de Evian, los argelinos celebraron un referéndum en el que podían optar por la independencia total, la incorporación plena a Francia o la independencia limitada en una mancomunidad con Francia. El referéndum celebrado el 3 de julio de 1962 registró aproximadamente 6 millones de votos a favor y 16.000 votos en contra de la independencia. Tras más de ciento treinta años de ocupación francesa, casi ocho años después de su llamamiento a la insurrección general contra las autoridades francesas, y tras la muerte de más de un millón de personas y el desarraigo de otros dos millones, Argelia emergió como país independiente3 La nueva nación tenía mucho que aprender, pero no estaba dispuesta a olvidar a quienes la habían apoyado durante su guerra de independencia.

3. La posición de Argelia en la política estadounidense hacia Cuba

El líder de la nueva nación, el legendario revolucionario Ahmed Ben Bella, fue invitado a las Naciones Unidas para izar la bandera de la nueva Argelia independiente y pronunciar su primer discurso ante la Asamblea General en septiembre de 1962. Argelia anunció que Ben Bella tenía previsto visitar Nueva York, seguido de una visita al presidente John F. Kennedy en Washington, y que terminaría su viaje a las Américas con una visita a Fidel Castro, el líder de la Revolución cubana, en La Habana.

A pesar de las protestas iniciales sobre la visita de Ben Bella a La Habana, la administración Kennedy decidió no enemistarse con el líder argelino, sino aprovechar la reunión como una oportunidad para « sentar las bases de la influencia estadounidense sobre él ». Para Estados Unidos estaba claro que Ben Bella no era un comunista, sino más bien un líder « pragmático » que necesitaba mayor formación de tipo político, ya que « todavía se aferra a muchas ideas ingenuas y piensa en términos de una mezcla de clichés revolucionarios ». (M. Connely, 2002 : 264-265).

Asimismo, durante la reunión que tuvo lugar el 15 de octubre de 1962, el presidente Kennedy no perdió tiempo en transmitir a Ben Bella la política de Estados Unidos hacia el nacionalismo emergente en África y Asia. Señalando que « parecía haber una impresión en Argelia de que el mundo estaba dividido en dos bloques y que uno de ellos, liderado por los Estados Unidos, favorecía las pruebas nucleares, el colonialismo y el imperialismo ». Sabiendo que Ben Bella iba a ir a Cuba en la siguiente etapa de su viaje, Kennedy quería dejar muy claro que Estados Unidos tenía que abandonar su política preferente de aislacionismo en respuesta a la creciente amenaza que un comunismo internacional en expansión representaba para el mundo después de 1945. Mientras que los Estados Unidos querían, según el presidente, un « mundo de naciones independientes, cada una con gobiernos correspondientes a las necesidades de su propio pueblo ». «Los comunistas querían una uniformidad atada y dirigida por Moscú y Pekín».4

A continuación, procedió a explicar a Ben Bella las complejidades de la política en las Américas y el papel de Estados Unidos en la lucha contra el comunismo en la región. Kennedy argumentó que Estados Unidos había apoyado a los regímenes que habían luchado contra la expansión del comunismo. Citó los casos de la República Dominicana, Venezuela y Colombia, que estaban todos «bajo un liderazgo liberal y habían luchado por la libertad y el progreso contra facciones regresivas así como contra los comunistas» . Necesitaba que Ben Bella comprendiera que las naciones americanas estaban «bajo el ataque» de la Cuba castrista, y que si no se dejaban intimidar,  «la causa de la independencia y la soberanía de las naciones podría ser derrotada en América Latina» 5

Sin embargo, Ben Bella desafió al Presidente. Le recordó a Kennedy las similitudes entre las historias recientes de Cuba y Egipto. La política de Estados Unidos hacia Nasser lo había forzado «poco a poco a una situación intolerable» , en la cual tuvo que aceptar armamento del bloque soviético. Ben Bella también argumentó que en Cuba  »era mejor evitar clavar a Castro en el campo comunista mientras no se le daba ninguna otra opción« . Poco convencido, Kennedy le dijo a Ben Bella que Castro no era una persona en la que pudiera confiar. Según Kennedy,

 «Castro traicionó la Revolución cubana« , al convertir lo que muchos pensaban que era una Revolución nacional en algo muy diferente a lo que había prometido. Castro, argumentó Kennedy, había  »anexionado a Cuba al bloque soviético» .6

En cierto sentido, y según Federico Vélez (2016), parece que ambos se equivocaron sobre Castro y la Revolución cubana. Ben Bella se equivocó al suponer que Castro era un neutralista como Nasser, que intentaba sortear el conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Castro había proclamado abiertamente que su Revolución era socialista y había abrazado el campo soviético el año anterior para proteger a su país de otra invasión directa o indirecta de Estados Unidos. Sin embargo, si, como argumentó Kennedy, Castro no era neutral, el presidente estadounidense se equivocó al suponer que era un peón de la Unión Soviética. Castro era un revolucionario. Pues estaba plenamente comprometido con la misión histórica de su Revolución. Su decisión de abrazar a la Unión Soviética fue en parte ideológica, pero fue sobre todo una decisión táctica diseñada para salvar la Revolución cubana de la continua amenaza militar y del implacable embargo económico.

Por su parte, parece que Kennedy utilizó a Ben Bella para enviar un mensaje claro a Castro. A pesar de su antipatía personal hacia el líder cubano, Kennedy advirtió a Ben Bella que mientras no hubiera misiles soviéticos en Cuba, no tenía intención de transformar La Habana  «en otro Budapest» , en referencia a la violenta ocupación de Hungría por parte de la Unión Soviética en 1956, después de que el país intentara separarse de la influencia política y económica de Moscú. Ben Bella recordó a Kennedy la lucha de Egipto por su propia independencia en 1956, y por tanto un acontecimiento paralelo, la invasión soviética de Hungría. Sin embargo, el comentario final de Kennedy a Ben Bella sobre Cuba reiteró la posición de la administración estadounidense sobre la transferencia de armamento a Cuba por parte de la Unión Soviética :

« If those missiles included at any time types capable of striking at US territory, [the] situation would change to such [an] extent that [the] US would be forced [to] reconsider its position. The stronger the military build-up, the greater the danger. Cuba’s best protection was its own people’s support. [The] US do not want war against [a] small country ».7

En este momento, ni Kennedy ni Ben Bella tenían noción de lo que estaba ocurriendo en Cuba, pero la CIA estaba analizando las fotografías tomadas el día anterior por un avión de reconocimiento U-2 que evidenciaban la presencia de una acumulación militar soviética mucho mayor en curso en Cuba al mismo tiempo que Kennedy estaba dando una especie de conferencia a Ben Bella. Solo un día después de la reunión con Ben Bella, Kennedy sería informado de la presencia de estas bases en Cuba. La noticia de la nueva instalación militar y el armamento que contenía, sin embargo, no se haría pública hasta el 22 de octubre. De este modo, el primer ministro argelino pudo viajar a Cuba antes de que comenzara una de las peores crisis de la Guerra Fría.

4. Repercusiones de la visita de Ahmed Ben Bella a Cuba

El martes 16 de octubre de 1962, Ben Bella llegó a La Habana para realizar una visita de dos días a Cuba. Era el primer jefe de Estado árabe que visitaba un país latinoamericano. Esta visita del presidente argelino al país cubano fue abordada por la revista «Verde Olivo», publicando en este caso un fotorreportaje con las imágenes del caluroso recibimiento del pueblo cubano al líder argelino y las palabras de bienvenida del Comandante en Jefe Fidel Castro elogiando tanto al Primer Ministro como al pueblo argelino, reflejando la admiración del pueblo cubano y su gratitud por tan alto honor. Agradecía además la presencia de éste en momentos tan críticos para Cuba cuando el gobierno norteamericano arreciaba su violencia. Al respecto se muestra el siguiente párrafo :

« De corazón le decimos, señor Primer Ministro, que no han llegado a tierra extraña ; en Cuba usted y sus acompañantes, tienen derecho a sentirse cual, si estuvieran en su propia Patria, José Martí, nuestro Apóstol, nos enseñó que los combatientes por la redención humana eran propiedad común de todos los pueblos ». (Verde Olivo, 1962)

Con posterioridad se exponían las palabras de Ben Bella al pueblo cubano y sus representantes, destacando su admiración por la lucha que llevada a cabo por dicho pueblo cubano y que aún proseguía. Además, agradecía la ayuda del gobierno cubano a los niños refugiados en Túnez y Marruecos. Por otro lado, el gobernante significaba la importancia de la Medalla de Honor que recibía Fidel Castro, la cual nunca había sido entregada, ni siquiera a un argelino. Terminaba su intervención de la siguiente manera :

« Así, como Cuba estuvo en todo momento con Argelia, así mismo Argelia está y estará con Cuba. No se trata de meras palabras, pues entre combatientes las palabras tienen un interés secundario. La historia ha hecho que los dos pueblos se encuentren en el camino de la liberación política y económica. Nunca se separarán » (Verde Olivo, 1962).

Por lo demás, a diferencia de sus anteriores visitas a Nueva York y Washington, las calles de La Habana estaban repletas de decenas de miles de cubanos que recibieron a Ben Bella con un entusiasmo que sorprendió al líder argelino. Pronto quedó claro que Kennedy no había advertido a Ben Bella para que no se hiciera amigo de los cubanos. Poco después de su llegada, le dijo a los cubanos precisamente lo que querían oír en un momento de crecientes tensiones con Estados Unidos: si Argelia tuviera que tomar partido en este mundo, sería con Cuba. En un mensaje reproducido por el diario oficial Revolución, Ben Bella afirmó a los cubanos que  « en los momentos de felicidad y de dolor, Argelia estará siempre del lado de Cuba » (Revolución, 1962 :1).

Evidentemente, la visita de Ben Bella fue un gran éxito diplomático para Fidel Castro, que no olvidará fácilmente este momento. Castro reconoció la importancia de la visita de Ben Bella y agradeció a su invitado su presencia :

«En momentos en que el poderoso imperio yanqui está más empeñado que nunca en ejercer su odio y hostilidad hacia nuestra patria, y pretende imponernos, mediante el soborno y el chantaje, un criminal bloqueo económico y comercial con la expectativa de destruir la Revolución Cubana matándola de hambre»8

También aseguró a Ben Bella su gratitud por su visita :

«Visitar Cuba, cuando los imperialistas yanquis han amenazado con atacarnos en cualquier momento, y han dibujado con sangre el trabajo de nuestro pueblo, es por su parte, señor Primer Ministro, un acto de valor y coraje político que define su carácter. Es también un gesto de amistad que nunca olvidaremos.» (Revolución, 1962 :6).

Asimismo, el periódico Revolución señaló que Ben Bella respondió « con sus frases de honestidad revolucionaria », afirmando que « en su patria los sucesos de Bahía de Cochinos se recuerdan como una fiesta nacional ». Ben Bella, continuaba el diario oficial, « también subrayó las similitudes del proceso revolucionario en ambos países que han entendido que el socialismo era el camino hacia la libertad y la felicidad »(Revolución, 1962 :6).

En efecto, a raíz de la visita de Ben Bella surgió un fuerte vínculo que unía entre los dos líderes. Su identificación con la Revolución cubana fue profunda y sincera. En ningún momento se vio la mano de la Unión Soviética en la visita, ni se involucraron los partidos comunistas de ningún otro país. Ben Bella percibió la ocasión como un encuentro histórico entre dos revoluciones « en el camino de la liberación política y económica » y entre dos pueblos que « nunca tomarían caminos diferentes ». (Revolución, 1962 :8).

Por consiguiente, a su salida de Cuba, el 18 de octubre, los dos líderes firmaron un comunicado conjunto en el que subrayan su compromiso con « los pueblos que luchan por su autodeterminación, independencia y soberanía ». Condenaron todas las formas de colonialismo y neocolonialismo y exigieron la evacuación de las tropas extranjeras de otros países « incluida la Base Naval de Guantánamo ». Castro felicitó a Ben Bella por su « irrevocable determinación de construir una nueva vida política, económica, social y cultural por la vía del socialismo. »

Por su parte, Ben Bella se comprometió a apoyar el derecho del pueblo cubano a definir su propio camino de desarrollo y defendió el derecho, y el deber, del gobierno cubano de defender su revolución. Finalmente, ambos países decidieron mantener relaciones diplomáticas a nivel de embajadores (Revolución : 4).

Tres meses más tarde, Castro elegiría a su hombre en Argelia : el primer embajador en Argelia sería fundamental para consolidar la relación cubano-argelina. Jorge Serguera Riverí, un antiguo guerrillero al que todos conocían por el nombre de guerra de « Papito », fue seleccionado para el puesto y recibió el apoyo incondicional de Castro. Él describe su nombramiento :

«Fue en enero de 1963 cuando Fidel me pidió que viniera a La Habana a recibir a una delegación oficial de Argelia ; me llamaron desde mi provincia de Matanzas, donde era el Primer Secretario General del Partido, para que recibiera a la primera delegación oficial de argelinos que llegaba a Cuba. Cuando llegué a La Habana, Fidel me dijo enseguida que quería que fuera el primer embajador de Cuba en Argelia, pero que yo sería más que un diplomático, un facilitador, un puente entre él y Ben Bella. Le dijo a Ben Bella que yo estaba allí para ayudarle en todo lo que necesitaran.»9

Cuando Ben Bella regresó a Nueva York para volar de vuelta a Argelia, a pesar de las críticas que recibió en los medios de comunicación estadounidenses, la administración Kennedy restó importancia a la visita a Cuba y volvió a demostrar su paciencia con él. El New York Times informó de que, según algunos miembros de la administración Kennedy :

«[The] United States Government was reluctant to take Mr. Ben Bella to task at this delicate juncture when his new nation is just beginning to establish itself in international affairs… The best hope, they said, was that «Mr. Ben Bella would acquire a more balanced understanding of affairs after a period of experience as the leader of an independent country10» (New York Times, 1962 :14).

Sin embargo, contrariamente a lo esperado en Washington, las relaciones cubano-argelinas se harían más fuertes de lo que nadie hubiera podido anticipar, debido en parte al acercamiento personal entre Ben Bella y Castro y la confrontación y alianza de las superpotencias.

5. Argelia y la crisis de octubre en Cuba 1962

El día antes de la llegada de Ahmed Ben Bella a Washington, un avión de reconocimiento U-2 del Comando Aéreo Estratégico Americano sobrevolaba Cuba en una misión secreta. Su objetivo era identificar la naturaleza de la nueva acumulación militar que se venía produciendo en Cuba desde agosto bajo los auspicios de la Unión Soviética. Que los soviéticos estaban transfiriendo armamentos a Cuba había sido conocido durante meses, pero la administración de Kennedy ahora deseó saber si la Unión Soviética instalaba armamentos capaces de alcanzar los Estados Unidos 10. Se habían advertido la Unión Soviética de los peligros de amueblar a aquellos « cubanos impulsivos » por armas que podrían alcanzar a los Estados Unidos (Ernest R. May y Philip Zelikow, 1997 :10-53).

De modo que, en respuesta a las acusaciones, Jrushchev sostuvo que los armamentos que Castro estaba recibiendo de la Unión Soviética eran sólo de carácter defensivo, y pretendía proporcionar a Cuba las armas para defenderse en caso de un ataque norteamericano.11

Por un lado, estos hallazgos provocaron una de las crisis más graves de la Guerra Fría. Los Estados Unidos consideraron la instalación de los misiles no solo como una amenaza directa a su seguridad territorial, sino también como una amenaza a su posición en Europa. La Unión Soviética podría utilizar los misiles en Cuba no solamente para atacar a Estados Unidos pero también como instrumento de negociación para desafiar la posición de Estados Unidos en Europa o para asegurar un nuevo acuerdo sobre el estatus de Berlin.12

Por su parte, la Unión Soviética consideró sus entregas de armamento no solo como un medio eficaz para defender al gobierno cubano, según anunció oficialmente, pero también como medio de redibujar el mapa de la distribución estratégica de las armas nucleares. Si la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) podía colocar misiles cerca de la frontera con la Unión Soviética en Turquía, la Unión Soviética creía que tenía el lugar correcto armamento a 90 millas de los Estados Unidos13

Efectivamente, el presidente Kennedy exigió la retirada inmediata del armamento soviético en Cuba, a través de una transmisión televisiva del 22 de octubre. Mientras tanto, Kennedy anunció que :

«[To] halt this offensive build-up, a strict quarantine on all offensive military equipment under shipment to Cuba is being initiated. All ships of any kind bound for Cuba from whatever nation or port will, if found to contain cargoes of offensive weapons, be turned back.»14

El Presidente también anunció que los Estados Unidos responsabilizarían a la Unión Soviética por cualquier misil lanzado desde Cuba a cualquier nación del hemisferio occidental. Además, advirtió a la Unión Soviética que cualquier incidente de este tipo daría lugar a una « respuesta completa de represalia parte de la Unión Soviética » (Federico Vélez, 2016 :279) Jruschov respondió inmediatamente que esas medidas representaban :

«[A] Serious threat to peace and security of peoples. [The] United States had openly taken [the] path of [a] gross violation of [the] Charter of [the] United Nations, [the] path of [a] violation of international norms of freedom of navigation on high seas, [and the] path of aggressive actions both against Cuba and against [the] Soviet Union»15

Mientras se desarrollaba la crisis, Castro no se mantuvo pasivo en medio de este enfrentamiento entre superpotencias. Anteriormente había pedido a los soviéticos armamento convencional, pero también había aceptado la oferta de colocar armas nucleares en su isla. Ahora, reconociendo la posibilidad de una confrontación bélica entre estas dos superpotencias, estaba convencido de que una invasión de Cuba era inminente y que cualquier conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética implicaría el uso de armas nucleares. Sin embargo, estaba decidido a demostrar a los soviéticos que era digno de su continuo apoyo político, económico y militar.

De igual modo, en plena crisis de los misiles, Ben Bella defendió su viaje a Cuba y declaró que « las Revoluciones argelina y cubana tenían un conjunto de objetivos comunes en ambas Revoluciones, como el fin del colonialismo, la reforma agraria, la proscripción de las pruebas nucleares y el fin de la discriminación racial ». Culpó a Estados Unidos de su agresión contra Cuba, pero se abstuvo de implicarse más en la rivalidad cubano-estadounidense y presentó su viaje a la isla como su propio intento de « reducir la tensión entre Estados Unidos y Cuba » (Revolución, 1962 :3).

Sin embargo, los argelinos estaban lejos de ser neutrales en el conflicto. La primera página del periódico «Revolución» informaba de la presencia de antiguos combatientes del FLN como miembros de la Brigada Internacionalista creada para ayudar al gobierno cubano en caso de invasión norteamericana durante la crisis de los misiles16 Estos internacionalistas, que actuaban con la aprobación del gobierno argelino, declararon a la prensa que habían luchado contra los franceses en Argelia. Un miembro de la brigada (que, a pesar del entusiasmo de sus miembros, no sumaba más de media docena) declaró abiertamente : « Si Cuba es invadida por el imperialismo norteamericano, lucharé junto a los cubanos, como luché en Argelia»17

En definitiva, podemos decir que el gobierno cubano vio en la Revolución argelina un espejo de su revolución, una puerta al mundo afroasiático y un socio en su campaña para encender los procesos revolucionarios en África y América Latina. Tanto Castro como Ben Bella estaban dispuestos a asumir grandes riesgos para hacer avanzar la causa de la Revolución. Su asociación para encender procesos revolucionarios en África y América Latina era un compromiso con su ideología revolucionaria, así como un acto de desafío a ambas superpotencias.

Conclusión

Tras este recorrido histórico sobre los antecedentes de las relaciones argelino-cubanas, y gracias al marco teόrico nos damos cuenta de la variedad e importancia de los acontecimientos presentados anteriormente. Hemos podido constatar primero que los revolucionarios cubanos habían iniciado lo que anunciaban como una estrecha alianza política y militar con el gobierno de Argelia y su líder, Ahmed Ben Bella. Fidel Castro y los demás líderes de la Revolución cubana estaban convencidos de que Argelia y Cuba eran  »Revoluciones hermanas", producto de las mismas injusticias cometidas por las potencias coloniales en dos continentes diferentes a lo largo de los siglos y dos naciones destinadas a trabajar juntas para extender las revoluciones por todo el mundo, especialmente en África y América Latina. Castro también persiguió el reconocimiento de Cuba como nación inscrita en el naciente bloque de naciones afroasiáticas del que el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser era su líder indiscutible a principios de la década de 1960. El gobierno cubano se sintió vinculado a la tendencia global más amplia de los revolucionarios nacionalistas que construían para sí mismos un nuevo espacio en el mundo que se extendía más allá del marco de la Guerra Fría.

Nuestro análisis, al respeto nos ha conducido a la deducción de la importancia de estas relaciones. En esta perspectiva, Argelia y Cuba, colaborarían en lo que los cubanos entendían como un compromiso común con la Revolución, el progreso social y la liberación afroasiática. Su sólida alianza sólo duró hasta 1965, cuando el líder argelino Ahmed Ben Bella fue depuesto, privando a Cuba de su aliado más importante en Oriente Medio.

Así pues, las relaciones entre Argelia y Cuba constituyen un ejemplo incuestionable de amistad, cooperación, solidaridad y de los estrechos vínculos entre ambos pueblos y gobiernos, así como entre sus principales dirigentes.

En definitiva, reconocemos que estas fuertes y excelentes relaciones políticas han diferenciado a los dos gobiernos y se han consolidado hasta el día de hoy a través de una cooperación multifacética y un acuerdo productivo en temas de interés mutuo, principalmente en el campo de la salud, y este es un ejemplo vivo. Estas acciones son fruto de seis décadas de estrecha amistad y unidad que en muchos sentidos entrelazan las historias de ambos países.

Esperamos que este trabajo sea una contribución humilde para abrir las perspectivas a futuras investigaciones para ahondar y profundizar en esta problemática sobre la Cooperación, solidaridad y relaciones diplomáticas entre Argelia y Cuba.

Brenner, Philip, (1990) «Cuba and the Missile Crisis,» Journal of Latin American Studies, 22.1–2.

1 Armando Entralgo, Director del Centro de Estudios de África y Oriente Medio (CEAMO), ex embajador de Cuba en Ghana, entrevista realizada por

2 Peter Trockmorton y Herb Creer, "¡Así es la guerra en Argelia! Bohemia (La Habana), 7 de julio de 1957, 8-10. Piero Gleijeses fue el primero en

3 René Depreste, "La heroica Argelia", Revolución (La Habana), 21 de julio de 1961,

4 Asamblea General de las Naciones Unidas, Discurso de Fidel Castro, Primer Ministro de Cuba, Documentos Oficiales de la Asamblea General, Quince

5 Piero Gleijeses, Conflicting Missions: Havana, Washington, and Africa, 1959-1976 (Chapel Hill, NC: University of North Carolina Press, 2002), 31.

6 FRUS, "Memorandum from Robert W. Komer of the National Security Council Staff to President Kennedy", en FRUS, 1961-1963, vol. XXI, Africa (

7 ."Traduccin personal: Si esos misiles incluyeran en algún momento tipos capaces de alcanzar el territorio estadounidense, [la] situación cambiaría

8 Comunicado Conjunto Cubano-ArgelinoRevolución (Havana), October 18, 1962-4.

9 Serguera R, Jorge, Cuba’s first Ambassador to Algeria, interview with Federico Velez.

Habana, December 21, 2001. Véase también Serguera, Caminos, 363-364.

10 Traducción personal: El] Gobierno de los Estados Unidos era reacio a criticar al Sr. Ben Bella en esta delicada coyuntura en la que su nueva nación

11 11FRUS, « Memorándum de una conversación, 18 de octubre de 1962 », en FRUS, vol. XI, 1961-1963, Crisis y secuelas de los misiles cubanos (

12 Frus, vol. XI, 1961-1963, Crisis y secuelas de los misiles cubanos, 162-163.

13 Frus, vol. XI, 1961-1963, Crisis y secuelas de los misiles cubanos, 170-171. 28 de mayo y Zelikow, The Kennedy Tapes, 278.

14 May and Zelikow, the Kennedy Tape.Traducción personal: « Para detener esta acumulación ofensiva, se está iniciando una estricta cuarentena sobre

15 15Traduccion personal: «Grave amenaza para la paz y la seguridad de los pueblos. [Los Estados Unidos habían emprendido abiertamente el camino de la

16 Combatientes Argelinos a la brigada internacionalRevolución (Habana), November 1, 1962, 1–5.

17 «Ratifica Ben Bella amistad entre Argelinos y Cubanos,» Revolución (Habana), October 23, 1962, 3.

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Serguera R, Jorge, (2001), Cuba’s first Ambassador to Algeria, interview with author, Havana, December 21.

1 Armando Entralgo, Director del Centro de Estudios de África y Oriente Medio (CEAMO), ex embajador de Cuba en Ghana, entrevista realizada por Federico Vélez, 30 de diciembre de 2001, La Habana, Cuba. Sacada de su obra: Latín American Revolutionaries and the Arab World,From the Suez Canal to the Arab Spring.

2 Peter Trockmorton y Herb Creer, "¡Así es la guerra en Argelia! Bohemia (La Habana), 7 de julio de 1957, 8-10. Piero Gleijeses fue el primero en advertir la existencia de estos artículos en Bohemia. Para una lista completa de artículos en Bohemia relativos a Argelia, véase Piero Gleijeses, Misiones conflictivas: Havana, Washington, and África, 1959-1976 (Chapel Hill, NC : University of North Carolina Press, 2002), nota 10, 406

3 René Depreste, "La heroica Argelia", Revolución (La Habana), 21 de julio de 1961,

4 Asamblea General de las Naciones Unidas, Discurso de Fidel Castro, Primer Ministro de Cuba, Documentos Oficiales de la Asamblea General, Quince Sesiones (Parte 1) Sesiones Plenarias, Nueva York, 26 de septiembre de 1960, 132.

5 Piero Gleijeses, Conflicting Missions: Havana, Washington, and Africa, 1959-1976 (Chapel Hill, NC: University of North Carolina Press, 2002), 31.

6 FRUS, "Memorandum from Robert W. Komer of the National Security Council Staff to President Kennedy", en FRUS, 1961-1963, vol. XXI, Africa (Washington, DC : 1995), 13 de octubre de 1962, Documento 71, 102 Véase también Peter Braestrup, "Colorful Ceremony Greets Ben Bella at White House ; Kennedy Greets Algerian Leader", The New York Times, 16 de octubre de 1962, 1-3.

7 ."Traduccin personal: Si esos misiles incluyeran en algún momento tipos capaces de alcanzar el territorio estadounidense, [la] situación cambiaría hasta tal punto que [los] Estados Unidos se verían obligados a reconsiderar su posición. Cuanto más fuerte sea la acumulación militar, mayor será el peligro. La mejor protección de Cuba era el apoyo de su propio pueblo. [Estados Unidos no quiere una guerra contra un país pequeño. FRUS, "Telegrama del Departamento de Estado a la Embajada en Argelia", en FRUS, vol. XXI, 1961-1963, África, 106-107.

8 Comunicado Conjunto Cubano-ArgelinoRevolución (Havana), October 18, 1962-4.

9 Serguera R, Jorge, Cuba’s first Ambassador to Algeria, interview with Federico Velez.

Habana, December 21, 2001. Véase también Serguera, Caminos, 363-364.

10 Traducción personal: El] Gobierno de los Estados Unidos era reacio a criticar al Sr. Ben Bella en esta delicada coyuntura en la que su nueva nación está empezando a establecerse en los asuntos internacionales... La mejor esperanza, dijeron, era que "el Sr. Ben Bella adquiriera una comprensión más equilibrada de los asuntos tras un período de experiencia como líder de un país independiente...".

11 11FRUS, « Memorándum de una conversación, 18 de octubre de 1962 », en FRUS, vol. XI, 1961-1963, Crisis y secuelas de los misiles cubanos (Washington, DC : Oficina de Impresión del Gobierno de los Estados Unidos), documento 29, 110.Vease la obra de Federico vélez : Latin American revolutionaries and the Arab world : from the Suez Canal to the Arab spring .

12 Frus, vol. XI, 1961-1963, Crisis y secuelas de los misiles cubanos, 162-163.

13 Frus, vol. XI, 1961-1963, Crisis y secuelas de los misiles cubanos, 170-171. 28 de mayo y Zelikow, The Kennedy Tapes, 278.

14 May and Zelikow, the Kennedy Tape. Traducción personal: « Para detener esta acumulación ofensiva, se está iniciando una estricta cuarentena sobre todo el equipo militar ofensivo que se envía a Cuba. Todos los barcos de cualquier tipo con destino a Cuba desde cualquier nación o puerto serán devueltos si se descubre que contienen cargamentos de armas ofensivas »

15 15Traduccion personal: «Grave amenaza para la paz y la seguridad de los pueblos. [Los Estados Unidos habían emprendido abiertamente el camino de la violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas, de la violación de las normas internacionales de libertad de navegación en alta mar y de las acciones agresivas contra Cuba y la Unión Soviética». Sacado ce la obra de Federico vélez : Latin American revolutionaries and the Arab world : from the Suez Canal to the Arab spring.

16 Combatientes Argelinos a la brigada internacionalRevolución (Habana), November 1, 1962, 1–5.

17 «Ratifica Ben Bella amistad entre Argelinos y Cubanos,» Revolución (Habana), October 23, 1962, 3.

Lahouaria Naab

Université d’Oran 2 Mohamed Ben Ahmed, Oran. Algerie

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