Introducción
Se considera que la literatura moderna es el arte que demuestra cierto grado de autenticidad capaz de abarcar todos los elementos de la producción literaria, desde el léxico hasta la temática y las técnicas narrativas. Cuando se habla de modernidad en la literatura peruana, sin embargo, no se hace referencia a su contemporaneidad, sino que se habla de un término de una mayor profundidad y capacidad de caracterización ya que la mejor muestra de progresión de esta literatura se encuentra en la implementación de ideologías reveladoras cuyo objetivo es la creación de una sociedad novedosa.
En el caso de la literatura peruana moderna, sus elementos están claramente relacionados con la naturaleza que abarca diferentes escenarios y acontecimientos que marcan las raíces del arte peruano.
Sin lugar a dudas ; el objetivo de este artículo es confirmar que el Neoindigenismo no es simplemente un movimiento literario moderno, pero una continuación y recuperación del indigenismo original.
1. José Carlos Mariátegui y el problema del indio
Tanto la estructura como el objetivo de numerosas producciones literarias modernas ponen de relieve la imagen de la rebeldía de los escritores. A la cabeza de esta concepción se encuentra José Carlos Mariátegui quien afirma que esta característica se ve entre los miembros de la sociedad indígena desde la antigüedad y que sigue existiendo en la contemporaneidad, aunque más en relación con la capacidad de la expresión literaria y la transmisión de ideas.
La autenticidad de los autores contemporáneos se manifiesta a través de dos vías de expresión. Por un lado, la licencia de manipular la cercanía entre la obra y el lector cuyo grado se relaciona estrechamente con el mensaje que se desea transmitir y el nivel educativo y cultural del receptor, lo que asegura el logro de despertar ciertos sentimientos en dicho receptor. Por otro, las técnicas específicas que se consideran como creación propia de los escritores peruanos llevan a cabo la subjetividad que es, también, de una excepción que se deduce al leer entre líneas las obras indigenistas. Así pues, no se trata de la subjetividad en el punto de vista sino en la pertenencia al mundo andino la que se resguarda a través de las obras dedicadas a la defensa de la identidad indio-peruana y el reconocimiento del arte peruano y la insistencia en que todas sus etapas, incluso la precolombina, representan un encadenamiento cuyas partes se relacionan jerárquicamente entre sí.
A partir de lo dicho, toda caracterización y referencia que se expone en la literatura moderna peruana apunta, primeramente, a su sociedad. La característica que provoca la lucha ideológica manifestada por el arte de la literatura es, sin lugar a dudas, el capitalismo1. Según Mariátegui, el sistema político anterior aplicado por los burgueses europeos que se quedaron después del periodo colonial se debe sustituir por el socialismo, lo que favorecería un cambio casi radical en todas las áreas incluso la política.
Desde las evidencias anteriores, se puede hablar de la influencia de este defecto social sobre la literatura en sus géneros de poesía y prosa, señalando que la calidad del contenido de producciones literarias realizadas por miembros de la clase burguesa es, en la mayoría de los casos, mediocre y limitado. Esto se debe a una ausencia de creatividad y a la existencia de superficialidad en la expresión ya que, por no haber enfrentado problemas del estilo de vida, no encuentran temas ricos y atractivos, llenos de detalles, que plasmar en sus obras. Por su parte, los escritores socialistas pudieron mostrar la excepcionalidad de sus escritos que durante varias décadas han guardado este aspecto de levantamiento y el afán de defender los símbolos de la sociedad peruana originaria.
Varias corrientes literarias que conforman la literatura peruana intentaron participar en el proceso de la creación de una sociedad modernizada, sin que constituyeran una aportación considerable para todas las partes. Destaca, especialmente, el surrealismo por haber relacionado el pasado con el futuro perfecto imaginado, lo que no conviene al objetivo de indigenistas como Mariátegui y Prada que se basan en la resolución de problemas sociales simultáneos con la producción artística. El fracaso del surrealismo2 es el resultado de un nuevo conflicto ocasionado por el tratamiento de elementos relativos a las costumbres y pensamientos indigenistas que los escritores contemporáneos no pretenden negar sino sobrepasar por la urgencia de concretar sus ideas en la realidad.
Acerca de esta idea, Valcárcel (1981) apunta :
La visión general del país y de su ubicación internacional que tenía Mariátegui, nos permitió comprender que el problema indígena no era solo regional. El planteamiento nuevo que hizo fue sacar el problema indígena de su ambiente puramente local o aun nacional, para adherirlo al movimiento universal de las clases oprimidas, esto produjo un verdadero vuelco. Desde Amauta denunciábamos la opresión indígena al lado de las demás opresiones que ocurrían en el mundo. (p 241)
Volviendo la mirada hacia el papel de la literatura, recordamos que la escritura en sí misma es cultura, por eso tiene que servir únicamente al ser humano para un porvenir progresivo. El punto de arranque del surrealismo no vale con este proceso sobre todo en el caso de Perú puesto que se basa en la negación de lo existente mediante hábitos y la mentalidad de la sociedad.
El indigenismo no es solo una corriente artística o ideológica o un movimiento literario que pertenece a la literatura peruana. Es una imagen representativa de la identidad peruana que empezó con el proceso de la liberación del Perú y cuyo recorrido se caracteriza por la variedad de sus representaciones de acuerdo con las estaciones históricas que el país ha visto durante centenares de años.
Lo más destacable en el indigenismo peruano es que sus raíces se recuperan y se ponen de relieve con la modernidad de la literatura por el hecho de ser una característica permanente e inseparable de la cultura de este país. Las teorías que recapitula y analiza el indigenismo son, en su mayoría, realizadas después de la etapa de la colonización y abarcan a la cultura indigenista autóctona hasta llegar a la precisión de las características que se manifiestan en el dominio sociocultural en la actualidad.
Desde esta óptica, cabe aclarar que el papel que desempeña el indigenismo depende de las circunstancias históricas de cada estación en la historia del Perú. Efectivamente, este movimiento representaba una fuente de soluciones y propuestas para el mejoramiento del modo de vida de los indios, sin embargo, actualmente las obras indigenistas demuestran la persistencia del indigenismo, a través de la temática y la técnica empleadas en los escritos de todos los géneros literarios. En este contexto, la configuración de la literatura peruana tuvo su esplendor a partir del siglo XX, demostrando el comienzo de la lucha por unas metas actualizadas de acuerdo con las características adecuadas que deben aparecer en la sociedad peruana moderna. En efecto, el punto esencial que las obras indigenistas actuales abordan en sus páginas es la igualdad entre las clases sociales diferenciadas durante el periodo colonial y postcolonial a causa de fenómenos sociales practicados por los mismos indios, como el racismo, como bien confirma Valcárcel (1981, p 328) :
« Nuestros puntos de vista alcanzaron difusión fuera del ámbito local al que hasta ese entonces se había circunscrito. La discusión sobre la cuestión indígena se hizo más intensa y pudimos sentir la solidaridad de otros compañeros de ideas y de lucha, en distintos puntos del país ».
Así pues, la diferencia de clases sociales en el Perú no se ve muy variada puesto que el factor primordial mediante el cual se distinguen las partes sociales es la tierra. Desde este ángulo, el conflicto ideológico entre los escritores peruanos se encuentra entre la clase obrera y la clase media.
2. El Vanguardismo Indigenista
La corriente literaria conocida por su compromiso hacia el ideal de igualdad entre las clases sociales es la Vanguardia3, uno de los movimientos contemporáneos conocidos por llevar un proyecto social que trata de reconocer el valor de cada miembro de la sociedad.
En este caso, es necesario señalar que el cosmopolitismo que se impone en la corriente vanguardista se divide en dos tendencias Por un lado, la adopción de ideas y principios de culturas extranjeras y, por otro, el hecho de viajar con una idea que viene como resultado de la unión entre el pensamiento nacionalista y otro que pertenece a una cultura diferente. De este modo, las herramientas usadas en la literatura vanguardista muestran un mayor grado de similitud entre sí y es la poesía el género más presente en el movimiento.
Evidentemente, las características fundamentales de esta corriente parten de las ideas renovadoras que los vanguardistas pretenden transmitir desde la forma y el contenido experimentados en el vigésimo siglo. Como ya se ha explicado, las ideas varían entre las puramente cosmopolitas y las que parten del espíritu nacionalista, sin embargo, estas ideas son similares en cuanto a sus fines culturales. Asimismo, la similitud se rompe en el aspecto tiempo-espacio puesto que la realidad se ve sucesiva en el tiempo y separada en el espacio. Todo esto se pone de relieve en el creacionismo que pone en evidencia la licencia de juntar pensamientos y realidades que, por cierto, llevan al logro más deseado por parte de los vanguardistas peruanos : El Vanguardismo Indigenista.
Sobre las bases de las ideas expuestas, el tema del indio no radica en describir la vida y las costumbres de este personaje histórico y cultural sino que busca su reivindicación. Entonces, lo que los vanguardistas peruanos pretenden incorporar en sus escrituras son justamente los elementos que conforman la identidad indígena y usarlas como recursos artísticos relativos a la corriente vanguardista. En este contexto, es conveniente precisar que esta práctica es propia del contenido de las obras dado que el poema sigue siendo el género representativo del vanguardismo, incluso el indigenismo. Como prueba de lo expuesto, Gutiérrez (2013, p. 19) explica en uno de sus libros más recientes : « Históricamente el nacionalismo exacerbado ha contribuido a diluir y hacer desaparecer el sentido indicativo de una realidad social y a mostrar cómo algo que utiliza determinada nación, espacio geográfico, cultura o lengua es el único referente de identificación dentro de una comunidad política ».
En concreto, el vanguardismo indigenista empezó a desarrollarse en Perú gracias a producciones literarias importantes realizadas por escritores nativos como Alejandro Peralta con su obra Andes (1926) en la que se expone la situación del indio en todos los dominios, partiendo siempre de realidades históricas para comentar acerca de su posición social y su capacidad artística valiéndose de técnicas vanguardistas y poniendo de relieve el idioma quechua.
Cuando hablamos de los indigenismos, analizamos un movimiento de una importancia grandiosa que acompaña todo el proceso artístico y literario del Perú, cuyos componentes y la información que transmite provienen de la realidad de la sociedad peruana. Sin embargo, sus orígenes están siempre derivados del mundo andino durante todo su recorrido. Por otro lado, lo verídico que viene como resultado evidente de la visión artística del indigenismo no se fortalece y obtiene su imagen modernizadora gracias a la universalidad del arte indigenista que los escritores modernistas pretenden alcanzar.
Cabe aclarar que no es conveniente confundir las visiones del indigenismo al relacionarlo con las clases sociales que se pretenden unir, debido a la diferencia de los objetivos de las dos categorías de la sociedad puesto que una muestra un interés común y la otra defiende sus propios bienes. De todos modos se pueden clasificar, desde un punto de vista ideológico, como históricas y relativas al indigenismo que busca dignificar el indio de modo general y limpiar su imagen a nivel mundial.
A partir de lo dicho, el indigenismo como la mayoría de los movimientos culturales se percibe con dos vías de apoyo, con la excepción de que en su caso el contenido de la producción depende de la organización de grupos y clases sociales y se basa en el concepto progresivo porque los elementos que lo encarnan se nutren de corrientes tanto literarias como históricas.
Como ya se ha mencionado, las clases sociales no son el núcleo del proceso del devenir de la sociedad peruana, pero confluyen de algún modo en sus elementos esenciales. En el caso de los textos literarios, aparecen como referencias de descripciones y clasificaciones.
No cabe duda de que en el periodo colonial empezó a surgir lo que es hoy el Perú moderno sobre todo en el ámbito económico que se relaciona directamente con la gestión de las riquezas. Esto se debe a las recaídas que cometían los colonizadores europeos en cuanto a la modernización de este dominio, dándoles tiempo y esfuerzo a actos desfavorables para el proceso progresivo mientras que los indígenas a pesar de no ser beneficiados financieros fueron desarrollando un sentimiento de responsabilidad hacia sus tierras y planificando su recuperación gracias a su participación en el trabajo agrícola y arqueológico.
Se puede inferir que el indigenismo, al ser un movimiento que en paralelo a su finalidad artística se relaciona con la división de las tierras entre indígenas, es de pura reivindicación de todo lo que proviene tanto de las circunstancias vividas en las tierras indias como de las metas que abarcan las etapas y soluciones para el paso de una situación llena de contradicciones y ambigüedades a otra con mejores condiciones. Volver a la vida natural y simple de los indios, pero en este contexto, significa resaltar valores basados en la solidaridad y cooperación que deben ser adaptados a la modernidad. Así pues, Según Mariátegui, la dualidad en la caracterización de este gran movimiento es la justificación clara de su duración que no se puede definir o precisar ya que abarca tanto a elementos de tradiciones y costumbres de los indígenas como al proceso de su liberalización y futuros planes.
La etapa más marcada y sensible del Indigenismo desde su aparición es el momento post independencia, en el que la emergencia de fundar una república con modalidades basadas en el pensamiento libre y la independencia en la toma de decisiones provocó un conflicto inmenso entre los peruanos y los españoles que vivían en el país y querían participar en el proceso.
Ideológicamente hablando, podemos tratar este punto desde un método inductivo basándonos en el pensamiento de los indios en aquel entonces. La idea del cambio sociopolítico de la patria peruana parte desde un principio de igualdad y omisión de los defectos de la sociedad, en cambio, los europeos compartían el mismo objetivo pero guardando una de sus herramientas más practicadas : el uso de los esclavos, en este caso, los negros africanos que aún quedaron en las tierras indias.
Al desconocer a todos los indigenistas limeños se cometía una gran injusticia, pues los había sinceros ; hombres que consideraron al indio y su ideología desde una posición filosófica de igualdad de razas, o de combate a toda opresión y toda explotación, así como quienes consideraban la defensa del indígena como una cuestión de principios. (Valcárcel, 1981, p. 242)
Así pues, el movimiento indígena entró en una nueva tendencia de la defensa de los derechos humanos que se centraba en la crítica de los hábitos e ideas europeas con el objetivo de alejarlos de sus planes y superar su presencia. Como ha sido explicado, la literatura peruana propone una muestra de los indigenismos en el recorrido de la historia artística del Perú. En efecto, esta imagen representa la lucha en contra de las ideas reformistas de los españoles que en concreto no carecen de las huellas de la colonización, lo que ha sido el motivo para crear una nueva categoría de mitos y novelas dedicados a esta idea.
Desde esta óptica, se pueden precisar algunas producciones literarias representativas como Historia del Tahuantisuyo (2015) que en sus páginas describe el mandato del Tahuantinsuyo no para enseñar o conmemorar sino para recordar el verismo de las intenciones de los indios y, al mismo tiempo, advertir sobre la capacidad de recurrir a cualquier solución para independizarse ideológicamente de la corriente europea, lo que conlleva automáticamente a la modernidad sociocultural.
En este contexto, Valcárcel desarrolla las ideas mencionadas en su libro Ruta cultural del Perú (1973) en el cual nos propone un recorrido del proceso del crecimiento de las tradiciones indio-peruanas, explicando las circunstancias que influyen en la sociedad y las consecuencias vividas en cada etapa histórica y también en su teoría :
Es en el arte menor donde se ha refugiado el espíritu del indio, cerrados los medios de expresión trascendentales cuando el español introdujo su estilo y técnica de construir. Pero por mucho tiempo aún los arquitectos, escultores y pintores aborígenes continuaron sus actividades con mayor o menor presión de los maestros peninsulares. (p. 145)
Por su parte, los representantes de la clase alta del imperio inca fueron protagonistas de la defensa de la sociedad peruana tanto en las obras literarias como en la realidad, al desempeñar el papel de la élite que demuestra la autenticidad de los indios peruanos en el proceso de la modernización, dado que han formado parte de la historia del Perú durante decenas de años. Además, el proyecto de clase de esta nobleza inca incluía a los criollos que estaban igual de insatisfechos con las actuaciones de sus compatriotas.
Esta participación consiste en un movimiento popular nacionalista cuyos planes se basan en el bloqueo de la práctica de las ideas europeas, una encarnación de las ideas de Antonio Gramsci que parten de la revolución de Túpac Amaru. Esta corriente dio lugar a la aparición de otros movimientos sociales parecidos que operan mucho más a finales del siglo diecinueve y principios del siglo veinte, favoreciendo el desarrollo de las actividades de la clase obrera.
Todas estas prácticas representan un conjunto de ideas que parten de los diferentes dominios que conforman una república moderna, lo que dificulta la precisión del tipo de movimiento que abarca la totalidad de estos levantamientos. Sin embargo, la ausencia de la denominación del movimiento popular peruano que forma parte del indigenismo tiene una característica diferenciada que está presente en todos los movimientos nacionales : el socialismo.
Todo lo realizado por el pueblo peruano con el objetivo de encarnar su ideología y transmitirla a nivel mundial, se demuestra en el indigenismo que aparece a partir del siglo veinte y resulta en el avance de la clase obrera que logró convertirse en un sujeto de una preocupación considerable de los peruanos, por la diversidad que propone dentro de la continuidad del indigenismo en general. Esta parte pudo darse un lugar en la literatura de Perú gracias a su impacto en la historia libertaria del país porque, según Mariátegui, la clase obrera es la que más grupos sociales abarca desde la clase media hasta los pobres. Se parte aquí de datos concretos de acuerdo con el desarrollo civilizado e ideológico del indígena que son en su mayoría locales pero no regionales, justo por el afán de incorporar una imagen literaria unificada.
Lo que se puede considerar como un simple aporte o un punto específico entre los resultados del proceso de la indianidad4 y peruanización de la literatura, es la resolución de la problemática que nos proponen todos los esfuerzos realizados por el pueblo en general y los escritores, en particular ; se refiere a una respuesta a la problemática que hay entre indigenismo e indígena.
En este caso, cabe aclarar que esta dualidad contradictoria ha sido tratada de manera explícita por el escritor Mariátegui, a través de sus 7 ensayos en los que expone una explicación de cada parte de esta contraposición. Según él, el indigenismo es la producción literaria que carece del aspecto indio puro y es, más bien, la que se manifiesta con la participación de extranjeros o se elabora con el uso de técnicas urbanas, lo que según sus partidarios es una herramienta adecuada para la universalización de la literatura peruana.
Siguiendo el mismo orden de ideas, el universo indígena arrancó desde los logros citados hasta llegar concretamente a la literatura universal gracias a una generación de escritores que formaron parte de los precursores del Boom Hispanoamericano, entre ellos, Ciro Alegría con su obra El mundo es ancho y ajeno (1941) y José María Arguedas con su obra Los ríos profundos (1958).
3. Tempestad en los Andes y Cuentos andinos como reflejo del mundo andino
Lo indígena puede considerarse como la producción hecha por los indios. Mariátegui, sin embargo, ilustra puntos de partida literarios, a través de obras de escritores relevantes, para poner en cuestionamiento esta aseveración. En el estudio comparativo entre la obra Tempestad en los Andes de Luis Valcárcel (1927) y Cuentos Andinos de Enrique López Albujar (1920), Mariátegui se centra en el punto de arranque de cada uno de los escritores y el resultado, sin lugar a dudas, es la clara descripción de un acontecimiento proveniente del mundo andino en el primer caso, mientras que en el segundo se habla desde la óptica de una observador exterior.
Lo que es inevitable es que las dos visiones sean perfectamente favorables para el reforzamiento y aceleración del proceso de universalización de la literatura indio-peruana. La historia y las costumbres del pueblo indio han sido motivo y fuente de acontecimientos para la producción de la literatura cosmopolitista, así como para las producciones literarias realizadas en el Perú que luego pasaron a ser un tema importante de las obras de crítica literaria.
Por otra parte, esta diversidad de visiones afirma que todo lo relacionado con la identidad indígena puede ser tanto una temática como una técnica de gran complejidad que se debe tratar y analizar a través de todo tipo de escritos, lo que confirma a la existencia permanente del movimiento indígena. Es más, el indio se ha convertido en protagonista de obras manifestadas a través de todos los tipos de arte contemporáneo, incluido el pictórico.
La obra Cuentos andinos de Enrique López Albújar muestra una dualidad que junta el papel y las característica más relevantes de la literatura indigenista en la que se hace evidente que es el indio el elemento de enlace, ya que esta dualidad consiste en transmitir la imagen del indio con toda fidelidad, insistiendo en que su originalidad es compatible con la modernidad sociocultural que debería reflejar la literatura peruana contemporánea en general. Desde un análisis propio a la obra, podemos destacar el sentido realista que la caracteriza a través del tiempo y del espacio. El escrito presenta elementos reales en la historia, licencia que demuestra la capacidad de transmitir acontecimientos verídicos sin alterar la belleza de la escritura, lo que se considera como penúltimo paso del proceso de la modernidad de la literatura peruana, bajo el nombre de realismo indigenista. Además, refleja la vida social en el Perú que se pretende encarnar y convertir en una convicción de todo el pueblo indio, asegurando la importancia de la convivencia entre todas las razas existentes hasta entonces, mientras que muestra el papel de los mestizos en varias áreas. Por consecuencia, esta reflexión permitió a Cuentos andinos formar parte de las obras más representativas del indigenismo y, a Albújar, alcanzar una posición cumbre entre escritores peruanos realistas de la altura de Clorina Matto de Turner y José María Arguedas, considerados como referentes literarios de la defensa del indio.
Enrique López Albújar fue el primero en incorporar las ideologías relativas a la defensa del indio en la modernidad, núcleo del Indigenismo, participando en varias corrientes literarias del siglo actual. Concretamente, vale la pena recurrir a la característica más representativa del Vanguardismo, el elemento pictórico que se presenta en Cuentos andinos, en la que el escritor se vale de dibujos para reflejar las emociones del indio.
Lo más destacable en las escrituras de Albújar es el punto común que notamos entre su estilo y el de Valcárcel. Los dos escritores coinciden en la búsqueda de los problemas existenciales propios del indio, como bien puede verse en un análisis comparativo entre Los tres Jircas (Cuentos andinos, 1920) de Albújar y Los Hombres de Piedra (Tempestad en los Andes, 1927) de Valcárcel, que representan la misma imagen de la mitología peruana comprometida. En este contexto, la lectura y el entendimiento de los acontecimientos de la obra de Albújar provocan una reflexión que conlleva a recordar las ideas de Valcárcel ; asimismo, la metodología y la elaboración de estas obras míticas es bastante similar.
Por otro lado, la modernidad de la literatura peruana indigenista se caracteriza por la presencia de las perspectivas realista y fantástica que, por supuesto, comparten los mismos fines literarios. Albújar manifiesta su pensamiento con criticismo sin alejarse tanto de la realidad mientras que Valcárcel se vale mucho más de la lírica, lo que no significa ocultar la verdad sino incitar a pensar en un futuro mejor y a aplicar las ideologías defensivas en la vida real cotidiana.
Asimismo, la ironía y el humor que caracterizan a numerosas producciones literarias y arquitectónicas indígenas de la antigüedad se puso de relieve en la literatura moderna gracias a la actualización de los dibujos y elementos arqueológicos, realizada por los modernistas peruanos con el fin de asegurar la apropiación de las ideologías del indio original con la técnica y la temática de las corrientes literarias contemporáneas.
Desde un punto de vista cronológico, cabe afirmar que los estudios dedicados al impacto indigenista sobre la literatura peruana contemporánea tuvieron su esplendor durante más de treinta años, a través de una variedad de producciones entre las que destacan las revistas. Esto demuestra la persistencia del espíritu nacionalista del pueblo peruano que siempre ha resistido ante los intentos destructivos de extranjeros para frenar el avance ideológico que se pretende plasmar mediante textos literarios. Por otro lado, el proceso del desarrollo de la literatura peruana provocó el análisis de escritores intelectuales que consideraron su contenido como un punto de partida de varios estudios antropológicos, sociales e incluso psicológicos dado que los objetivos de los autores nativos empezaron por unos intentos de descripción de injusticias y discriminaciones.
Entre las afirmaciones de Valcárcel (1945), encontramos la relativa a la diversidad de las habilidades artísticas del indio en cuanto a su autovaloración :
El indio, con su sentido irónico y su aptitud de agudo observador, en pocas y bien trazadas figuras deja permanentemente captada la psicología de blancos y mestizos y los caracteres predominantes de sus costumbres. Precioso registro anecdótico que equivale a los dibujos satíricos de los humoristas. Prolongación del matero es el acuarelista popular que, con igual intención crítica, nos ofrece un extraordinario archivo de tipos y escenas correspondientes a la transición histórica entre la colonia y la vida republicana. (p. 148)
A partir de esta óptica, obras indigenistas como Los ríos profundos (1958) de José María Arguedas y Redoble por Rancas (1970) del escritor Manuel Scorza representan un panorama de pertenencia a los movimientos literarios relativos al indigenismo. Así pues, la época postvanguardista siguió desarrollándose con el cambio del sistema sociopolítico en el Perú, modificando la imagen clásica de las obras de los escritores mencionados y demostrando así la riqueza de su contenido y la persistencia de los objetivos de esta narrativa. En la actualidad, estas obras se reconocen como andinas y conforman la figura de la modernidad de la literatura peruana que es el Neoindigenismo5. Sin lugar a dudas, el Neoindigenismo es una continuidad del indigenismo pues presenta el mismo carácter reivindicativo, aunque manifiesta su modernidad mediante una actualización de las técnicas y el estilo de las escrituras. Entre las obras que representan esta continuidad del proceso de modernización de la literatura peruana en general y del indigenismo, podemos mencionar a Todas las Sangres (1964) de Arguedas y La ciudad y los perros (1962) de Mario Vargas Llosa, quien confirmó la imposición de la cultura peruana en toda Hispanoamérica al ser uno de los pioneros del Boom de los años 90.
Estos estudios no carecen de comparaciones basadas en las etapas relativas a la colonización española, lo que abarca los movimientos y los junta según su grado de modernidad. En efecto, el prevanguardismo que se considera el penúltimo paso de la literatura moderna se caracteriza por el predominio del realismo ; en cambio, el vanguardismo desarrollado a partir de la década del 90 conoce un crecimiento considerable puesto que allí empieza el uso del elemento fantástico que, a pesar de su efecto mágico, no perturba el objetivo primitivo de los escritores peruanos.
Sin lugar a dudas, esta clasificación de las etapas de la modernidad disminuye las confusiones que caracterizan al proceso de la peruanización de la literatura cuyo núcleo es la identidad. Sin embargo, las escrituras modernas son de mucha experimentación tanto en la forma como en el contenido, debido a la independencia y la libertad de expresión al manejo del aspecto urbano que antes causaba censura de acontecimientos cuando se empleaba por los mismos urbanos.
Por consecuencia, el primer objetivo logrado fue el reconocimiento de los logros históricos y sus influencias ideológicas. Según Joseph Campbell (2012, p. 219) : « La idea de un lugar sagrado donde los muros y las leyes del mundo temporal se desvanecen para revelar un maravilloso misterio es, al parecer, tan antigua como la misma raza humana ».
4. El papel del mito en la literatura moderna
Las primeras apariciones de obras míticas en el Perú trataron el Imperio quechua de modo general ; es decir, su sistema político, la división social y las costumbres, con base en los resultados de las prácticas positivas. Luego pasaron al periodo colonial y postcolonial, hasta llegar a la formación de la república.
Estas producciones trataron las diferentes luchas realizadas por los mismos habitantes del país y de las tres razas : negros, blancos y mestizos, quienes fueron protagonistas de diferentes rebeliones, no sangrientas en su mayoría ; en este caso se trata precisamente del indigenismo cuya definición es el movimiento socio-político propio de la repartición de las tierras. Así pues, la mención de este punto se hizo para plantear el tema de la construcción de una nación cuya sociedad se vería caracterizada por la conservación y la protección de las riquezas por las personas adecuadas.
Cabe añadir que el mito peruano basado en estaciones marcadas en la historia del Perú tiene como fin señalar algunos beneficios y novedades ocurridos en el dominio económico, tal como el desarrollo de la agricultura y el aumento de la mano de obra, mencionando en los detalles las capacidades de esta clase de obreros en la gestión de las riquezas y ganancias.
Sin lugar a dudas, estas producciones y todo lo tratado mediante sus páginas dieron lugar a otro tipo de escritos basados en ideologías que se usaron para proponer varios planes para facilitar y realizar un levantamiento bastante fructífero.
Podemos abrir un pequeño paréntesis y definir este papel con otras palabras. Se trata de la necesidad de incitar al pueblo a leer estos textos literarios para que se forjasen opiniones, de estar convencidos de las ideas provenientes de personas cultas y terminar realizando todos sus objetivos.
En cuanto a este objetivo, Julio Roldán (1986) insiste en el papel de las teorías dedicadas a este tema :
En otro trabajo, en cierta oportunidad, decíamos que uno de los más grandes problemas teóricos-metodológicos que ha existido y existe en el estudio de nuestra sociedad, radica en que la mayoría de historiadores han escrito la historia de este país principalmente como acumulación de datos, haciendo resaltar fechas, hechos y personajes considerados importantes. (p. 226)
En efecto, para profundizar más en esta idea y para seguirnos acercando a la literatura contemporánea, nos parece conveniente recorrer al gran escritor Manuel González Prada con su obra Horas de lucha (1908) que abarca las ideas y planteamientos adecuados para el florecimiento de la sociedad, tomando el cambio de los pensamientos de los individuos como punto de arranque.
El pensamiento de Prada, como se nota en la mayoría de sus obras, se muestra desde un punto de vista crítico que parte de la denuncia de las verdaderas causas de la desunión de opiniones y el retraso del proceso del levantamiento y la autonomía del país. Entonces, el papel realizado en la denuncia de las corrupciones dentro de la sociedad es implacable en la citación de los resultados productivos del mito peruano : « …que nuestro interés humano e intelectual es contribuir mínimamente a que el pueblo del Perú recobre su memoria histórica, ya que hasta hoy seguimos padeciendo esa amarga verdad ». (Roldán, fecha, p. 227)
A partir de lo mencionado, podemos llegar al papel que agrupa todos los logros de las producciones míticas : las teorías actuales que se consideran como el resultado general del tratamiento de muchos temas de forma precisa. Hablamos, entonces, de estudios dedicados a la interpretación crítica de la historia y, que es el fruto de hechos y experiencias vividas por el indio peruano.
Conclusiones
Durante los últimos treinta años, se ha producido una literatura propia al recorrido y desarrollo del Indigenismo y su persistencia con el propósito de defender el indio y valorar su habilidad de pensamiento y auto crecimiento. De igual manera, se puede destacar el aporte de la autoformación de sociólogos y teóricos marcados en la historia socio-cultural del Perú. Evidentemente, son textos literarios de interés humano que valoran al habitante original del Perú, muestran sus capacidades y lo invitan a escribir su historia y a recuperar sus memorias de forma natural.