Introducción
En las últimas décadas, críticos, escritores e investigadores han prestado una atención creciente a la novela histórica como espacio privilegiado para la elaboración de la memoria de la Guerra Civil Española y del exilio republicano. Sin embargo, gran parte de este corpus sigue siendo producido, leído y canonizado desde la propia España, mientras que las miradas procedentes de otros espacios geográficos —y, en particular, del sur del Mediterráneo— continúan siendo poco conocidas o marginalizadas en el ámbito hispánico.
En el contexto argelino, varios novelistas han abordado episodios de la historia española o han recurrido a la Guerra Civil como horizonte simbólico para pensar la violencia política, el colonialismo y el exilio. No obstante, esta producción en lengua árabe apenas circula en traducción y rara vez se integra en los debates académicos sobre memoria histórica. Ello plantea una serie de preguntas :
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¿por qué estas voces permanecen en los márgenes?
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¿Qué aportan a la comprensión del exilio republicano y de la Guerra Civil?
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¿De qué manera reconfiguran las relaciones entre historia, memoria y ficción?
Entre los autores menos difundidos en el espacio hispanohablante se encuentra Abdelwahab Aïssaoui, novelista argelino que ha recibido importantes premios literarios en Argelia y en el mundo árabe, como el Premio Asia Djabbar, el Premio Katara y la International Prize for Arabic Fiction (IPAF). Su novela Sierra de Muerte (2014) narra la experiencia de los republicanos españoles derrotados, deportados primero a campos de internamiento en Francia y luego a un campo de concentración en la ciudad argelina de Djelfa bajo el régimen de Vichy. Al hacerlo, sitúa el exilio español en un espacio colonial históricamente cargado para la sociedad argelina.
El presente trabajo se inscribe en la reflexión sobre la literatura de ficción como fuente de información histórica y de elaboración de la memoria (Lillo, 2017; Vila Vilar, 2009). Partiendo de esta perspectiva, nos proponemos responder a la siguiente pregunta :
¿Cómo construye Sierra de Muerte una mirada argelina sobre el exilio republicano español y qué aporta esta mirada a la comprensión de la Guerra Civil y de la violencia colonial en Argelia?
Para responder a esta cuestión, se adopta un enfoque cualitativo e interpretativo, basado en el análisis textual de la novela, la contextualización histórica de los hechos narrados y el examen de la recepción mediática de la obra en el espacio árabe. Tras presentar el marco teórico sobre literatura e historia (sección 1), se ofrece una síntesis de la trayectoria de Abdelwahab Aïssaoui y de su producción narrativa (sección 2). A continuación, se analiza en detalle Sierra de Muerte como espacio de memoria transnacional (sección 3), antes de examinar el interés periodístico que ha suscitado la novela y su lugar en el contexto literario argelino contemporáneo (secciones 4 y 5). Finalmente, se sintetizan las principales conclusiones del estudio.
1. La novela de ficción como fuente de memoria histórica
La Guerra Civil Española generó un vasto corpus de testimonios, documentos oficiales, archivos militares y narraciones de diverso tipo. En paralelo, la literatura de ficción —y de manera particular la novela— ha desempeñado un papel central en la transmisión de la memoria de este conflicto y de sus consecuencias, entre ellas el exilio republicano y la experiencia concentracionaria.
La historiografía reciente ha insistido en que la obra literaria puede ser leída como un testimonio histórico en la medida en que registra sensibilidades, mentalidades, imaginarios y conflictos de su tiempo. El historiador José María Jover, por ejemplo, subraya que en la literatura se encuentra « el testimonio vivo de una sensibilidad histórica » difícilmente accesible a través de la documentación oficial (citado en Vila Vilar, 2009 : 12).
Desde esta perspectiva, la novela no sustituye a las fuentes archivísticas, pero sí permite acceder a dimensiones de la experiencia histórica que quedan fuera del documento administrativo o del parte militar. En esta línea, Lillo (2017) sostiene que la literatura de ficción, abordada con las herramientas de la historia cultural, puede ofrecer una información histórica de gran valor sobre la construcción de identidades, las luchas simbólicas y los lenguajes del poder. La obra de ficción se convierte así en un « lugar de lucha social » donde se disputan significados, se reformulan memorias y se rearticulan relaciones de dominación.
Por su parte, Vila Vilar (2009) recuerda que la consideración de la literatura como fuente histórica ha sido objeto de un largo debate, pero concluye que
« todos los nuevos problemas y los nuevos planteamientos de la sociedad en la que nos encontramos han tenido su experimentación correlativa tanto en el género de ficción como en la técnica y escritura de los historiadores ». (p. 10)
Desde este punto de vista, la novela histórica y las narraciones de ficción pueden iluminar aspectos de la experiencia colonial, de la violencia política o del exilio que no aparecen con la misma intensidad en otras fuentes.
En definitiva, el texto literario no debe entenderse únicamente por su valor estético o narrativo, sino también por su capacidad de contribuir al conocimiento histórico. Esto exige un uso crítico : contextualizar la obra, confrontarla con otras fuentes, analizar sus estrategias narrativas y reconocer su dimensión construida. Es en este marco teórico donde situamos la lectura de Sierra de Muerte como una forma de memoria argelina del exilio republicano español.
2. Abdelwahab Aïssaoui y su producción narrativa
Abdelwahab Aïssaoui (ʿAbd al-Wahhāb ʿĪsāwī) es un novelista argelino nacido en 1985 en Hassi Bahbah, Wilaya de Djelfa. Ingeniero de formación, su trayectoria literaria se ha desarrollado principalmente en lengua árabe, y su obra se inscribe en una preocupación constante por la historia, la memoria y las transformaciones sociales de Argelia.
Entre sus obras narrativas destacan :
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سينما جاكوب (Cinema Jacob, 2013), novela que explora la memoria urbana de la ciudad de Djelfa y las tensiones entre pasado y presente.
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حقول الصفصاف (Campos de los sauces, 2013), colección de relatos breves centrados en personajes marginados y espacios periféricos.
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سييرا دي مويرتي (Sierra de Muerte, 2014), novela dedicada a los republicanos españoles deportados a los campos de internamiento en el Norte de África.
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مجاز السرو (Majaaz al-sarw, 2015), volumen de cuentos que aborda temas diversos a partir de situaciones cotidianas y símbolos vegetales.
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الدوائر والأبواب (Al-dawa’ir wa-l-abwab / Círculos y puertas, 2017), novela que explora la historia reciente de Argelia y las huellas de la violencia política en diferentes regiones del país.
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الديوان الإسبرطي (Al-dīwān al-isbrītī / El diván espartano, 2018), obra que recrea, desde múltiples voces, acontecimientos ocurridos en Argelia entre 1815 y 1833 durante el periodo de presencia francesa.
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سفر أعمال المنسيين (Safar aʿmāl al-mansiyyīn / Viaje de obras olvidadas), novela inédita que prolonga la reflexión del autor sobre la memoria, el olvido y la marginalidad.
Aïssaoui se sitúa, por tanto, en la intersección entre narrativa histórica y exploración de la memoria colectiva, con un interés particular por los sujetos subalternos, los espacios periféricos y los momentos de crisis política. Su obra ha sido reconocida por numerosos premios :
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Premio del Presidente de la República a la mejor novela (2012) por Cinema Jacob.
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Premio Sharjah de creatividad árabe por Campos de los sauces.
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Premio Asia Djabbar de novela (2015) por Sierra de Muerte.
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Premio Souad Sabbah de novela (2017) por Círculos y puertas.
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Premio Katara de novela árabe (2017) por Viaje de obras olvidadas (novela inédita).
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International Prize for Arabic Fiction (IPAF) en 2020 por El diván espartano.
Entre los escritores que el propio Aïssaoui reconoce como influencias se encuentran Hermann Hesse, Thomas Mann, Naguib Mahfouz, Abderrahmane Munif y autores argelinos como Tahar Ouettar y Wassini Laredj. Este horizonte de lecturas combina tradición europea, árabe y magrebí, y sitúa su obra en un cruce de tradiciones literarias y culturalesque se refleja en el tratamiento de la historia.
3. Sierra de Muerte : una mirada argelina sobre el exilio republicano
3.1. Sinopsis y estructura narrativa
Sierra de Muerte sitúa su acción en varios espacios y tiempos entrelazados : la España de la Guerra Civil, los campos de internamiento en Francia y, finalmente, el campo de concentración de Aïn Asrar, en las cercanías de Djelfa, en el sur de Argelia. El protagonista y narrador principal, Manuel, es un miliciano republicano que, tras la derrota, vive un largo periplo de derrotas sucesivas : el frente, la retirada, el internamiento en el campo de Vernet, la deportación al Norte de África y la reclusión en el desierto argelino.
La novela se organiza en dos grandes movimientos. En el primero, se narra el viaje forzado de los republicanos desde la Península hasta el campo de Djelfa, destacando las condiciones de transporte, el trato degradante y la sensación de abandono por parte de las potencias aliadas. En el segundo, el relato se concentra en la vida cotidiana del campamento : las relaciones entre los presos, las estrategias de supervivencia, la organización de la resistencia interior y la incidencia de las noticias que llegan —o no llegan— del exterior.
La obra combina escenas de gran intensidad dramática con pasajes reflexivos, sueños y visiones que muestran el impacto psicológico de la guerra y del exilio. Barcelona, la sierra, el campo de Vernet y el desierto argelino se convierten en hitos de un itinerario de desposesión que culmina, paradójicamente, en una forma de emancipación interior.
3.2. Guerra, violencia colonial y espacio concentracionario
Sierra de Muerte se construye sobre hechos históricos documentados : la derrota de la República, la represión franquista, el internamiento de los republicanos en campos franceses y su deportación posterior a campos de concentración en el Norte de África bajo la autoridad del gobierno de Vichy. La elección de Djelfa, ciudad argelina marcada por su propia historia colonial, no es neutra. La novela sitúa a los exiliados españoles en un territorio que los argelinos conocen bien como espacio de dominación, control y castigo.
En la primera parte, las escenas giran en torno a los efectos de la guerra sobre la población civil y los combatientes derrotados : hambre, enfermedades, bombardeos y fracturas familiares. El traslado a África introduce una segunda capa de violencia, ahora ligada a la lógica colonial francesa. Los prisioneros españoles son tratados como mano de obra desechable, sometidos al clima extremo del desierto y a la arbitrariedad de los oficiales encargados del campamento, como el comandante Grafal, cuya crueldad es subrayada por el narrador.
Aïssaoui insiste en la deshumanización que produce la guerra y el encierro. Manuel resume esta experiencia en términos contundentes :
« Es la guerra en la que el hombre no puede mantener su humanidad. Nos dijeron que luchábamos por la libertad y la justicia; al final, los vencedores nos enviaron a estos campos, donde el sol y el viento parecen aliados del castigo1. » (Sierra de Muerte)
La novela no se limita a reproducir un contexto histórico; lo reconfigura desde la perspectiva de quienes lo padecen. Al inscribir el campamento de Djelfa en un paisaje de arena, viento y soledad, Sierra de Muerte convierte el desierto argelino en una geografía del exilio donde se cruzan la memoria española y la memoria argelina de la colonización. Aunque los personajes argelinos aparecen de manera secundaria, su presencia silenciosa señala una comunidad de destino entre colonizados y exiliados.
3.3. Voces, personajes y experiencia del exilio
El narrador Manuel2 es el eje de la novela. Desde su posición de prisionero, reconstruye el pasado reciente —la guerra, las batallas, la derrota— y da cuenta del presente del campamento. Su voz mezcla la crónica de los hechos con la reflexión íntima sobre la culpa, la fidelidad a los ideales y la posibilidad de seguir siendo humano en un contexto de deshumanización.
Otro personaje fundamental es Pablo, compañero de lucha que encarna la persistencia de la esperanza y la voluntad de resistencia. Sus diálogos con Manuel articulan debates sobre el sentido de la guerra, el lugar de la política en la vida de los individuos y la posibilidad de continuar la lucha en condiciones extremas. La desaparición de Pablo, envuelta en el silencio de las autoridades, deja en el texto un vacío que simboliza las pérdidas irrecuperables del exilio.
La novela presta una atención particular a los detalles de la vida cotidiana en el campo : la organización de los barracones, la escasez de agua, las enfermedades, los castigos, pero también los gestos de solidaridad, las conversaciones nocturnas y los rituales que permiten a los prisioneros conservar un mínimo de dignidad. Este enfoque microhistórico refuerza la dimensión testimonial del relato.
En varios pasajes, Aïssaoui subraya su intención de rescatar del olvido a quienes fueron reducidos a cifras en los archivos oficiales :
« No quería que fueran héroes de bronce ni víctimas anónimas; yo quería que fueran seres humanos libres3. » (Sierra de Muerte)
De este modo, Sierra de Muerte propone una ética de la memoria : recordar el exilio republicano no solo como un episodio de la historia española, sino como una experiencia humana compartida en la que convergen distintas formas de violencia —franquista y colonial— y donde la literatura puede restituir voces silenciadas.
4. Recepción mediática y circulación de la novela
4.1. Entrevistas y artículos de prensa
Desde su publicación, Sierra de Muerte ha generado un notable interés en la prensa árabe, particularmente a raíz de la trayectoria posterior de Aïssaoui y de la obtención de premios prestigiosos. Diversos artículos y entrevistas han subrayado el carácter singular de la novela dentro de la narrativa argelina contemporánea, tanto por su temática —el exilio republicano español— como por su enfoque histórico.
En una entrevista concedida a la prensa argelina, el autor explica su proyecto en términos muy claros :
« En Sierra de Muerte cuento la historia de los republicanos españoles que perdieron la guerra civil y fueron enviados a campos de concentración en Argelia. Me interesaba mostrar cómo estos hombres, alejados de su tierra, se encontraron atrapados en un espacio colonial que les era completamente ajeno, y cómo, a pesar de todo, siguieron pensando en la libertad4. » (Aïssaoui, entrevista en El Watan)
Otros artículos, publicados en medios como al-ʿArab o al-Araby al-Jadid, insisten en el « trabajo constante sobre la historia » en las novelas de Aïssaoui y subrayan que sus ficciones permiten conectar las luchas de los años treinta y cuarenta con las preocupaciones actuales por la justicia, la memoria y la identidad nacional (al-ʿArab, 2018; Ṭāriq, s. f.).
4.2. Reconocimiento y límites de la difusión
A pesar de haber sido ampliamente premiada y reconocida en el ámbito árabe, Sierra de Muerte sigue siendo poco conocida en el espacio hispánico. Su circulación se ve limitada por la ausencia de traducción completa al español y por la escasa atención que la crítica hispanista ha prestado hasta ahora a la narrativa argelina de expresión árabe.
Esta situación evidencia una asimetría en la circulación cultural : mientras la Guerra Civil Española ha sido ampliamente representada y debatida en España y en otros contextos europeos, las lecturas procedentes del sur mediterráneo apenas consiguen hacerse un lugar en el canon. En este sentido, el estudio de Sierra de Muerte desde la hispanística puede contribuir a corregir parcialmente este desequilibrio, incorporando una voz argelina al corpus de narrativas sobre el exilio republicano.
5. Sierra de Muerte en el contexto literario argelino contemporáneo
La trayectoria de Sierra de Muerte ilustra una dinámica más amplia del campo literario argelino. Por un lado, la novela participa de un movimiento de renovación de la novela histórica en Argelia, que reexplora episodios del pasado (colonial, nacional o transnacional) desde perspectivas múltiples y a menudo críticas. Por otro, su recepción limitada fuera del mundo árabe pone de relieve las barreras lingüísticas, editoriales y simbólicas que afectan a la visibilidad de los escritores argelinos.
En el interior del campo literario argelino, la obra de Aïssaoui ha sido leída junto a la de otros novelistas que trabajan sobre la historia —como El diván espartano, centrada en el periodo 1815-1833— y se ha inscripto en un debate sobre el papel de la novela histórica como complemento crítico de la historiografía. En entrevistas y artículos, el autor reivindica la capacidad de la ficción para plantear preguntas sobre el presente a partir del pasado, sin confundirse con la escritura académica de la historia.
Desde una perspectiva comparatista, Sierra de Muerte ofrece además una oportunidad para pensar la relación entre memoria e identidad narrativa : la manera en que las sociedades construyen su memoria colectiva a través de relatos, y cómo estos relatos pueden cruzar fronteras nacionales. En este caso, la memoria del exilio republicano español se ve reescrita desde un espacio colonial que también ha sido escenario de otras formas de violencia y resistencia.
Conclusiones
El análisis de Sierra de Muerte permite extraer varias conclusiones. En primer lugar, la novela de Abdelwahab Aïssaoui demuestra que la Guerra Civil Española y el exilio republicano no son únicamente asuntos de la memoria nacional española, sino que forman parte de una historia compartida que incluye los territorios del Norte de África y, en particular, la Argelia colonizada. Al situar a los exiliados en el campo de concentración de Djelfa, la obra revela la imbricación entre violencia franquista y violencia colonial francesa.
En segundo lugar, desde el punto de vista teórico, Sierra de Muerte confirma la pertinencia de considerar la literatura de ficción como fuente de información histórica y de elaboración de la memoria. La novela no se limita a ilustrar hechos conocidos; los reinterpreta a través de la voz de los sujetos exiliados, los detalles de la vida cotidiana en el campamento y la representación de la subjetividad desgarrada por la guerra y el destierro.
En tercer lugar, la lectura de esta obra pone de relieve la necesidad de integrar la narrativa argelina de expresión árabe en los estudios sobre la Guerra Civil y el exilio republicano. La mirada argelina no solo añade un punto de vista geográfico distinto; cuestiona también las jerarquías de visibilidad y los centros de producción de memoria, desplazando el foco hacia el sur mediterráneo.
Finalmente, el caso de Sierra de Muerte invita a reflexionar sobre las estrategias de traducción, difusión y recepción necesarias para que estas obras circulen en el espacio hispánico. Un mayor diálogo entre la crítica hispanista y los estudios de literatura árabe contemporánea permitiría construir una cartografía más amplia y compleja de las narrativas de la Guerra Civil y del exilio, en la que voces como la de Abdelwahab Aïssaoui ocupen el lugar que les corresponde.
